La situación de seguridad en Guayaquil ha tomado un giro alarmante tras la reciente alerta emitida por la Embajada de Estados Unidos. Esta advertencia se centra en el uso de escopolamina, una sustancia que se ha convertido en una herramienta para los delincuentes en la ciudad. La escopolamina, conocida por sus efectos sedantes y amnésicos, se ha utilizado en robos en diversas áreas, incluyendo centros comerciales y restaurantes. La embajada ha instado a sus ciudadanos a estar alerta ante este fenómeno que ha cobrado notoriedad en las redes sociales.
La escopolamina es una droga de origen vegetal que, aunque se ha utilizado históricamente en medicina, ha sido mal utilizada en contextos delictivos. La forma más común de administración es a través de alimentos o bebidas, pero también se ha reportado su uso en objetos como imágenes religiosas contaminadas. Este método ha sido descrito como un engaño, donde los delincuentes se acercan a sus víctimas bajo la apariencia de ofrecer una oración o un gesto amable. Una vez que la víctima entra en contacto con la sustancia, puede perder la conciencia y ser despojada de sus pertenencias sin recordar lo sucedido.
### La Viralización de un Método Delictivo
El caso de Gino Freire, un comerciante y locutor guayaquileño, ha puesto de relieve la peligrosidad de esta modalidad de robo. Freire compartió su experiencia en redes sociales, donde relató cómo una joven se le acercó en Samborondón, ofreciéndose a rezar por él. Aunque logró evitar el contacto, su relato ha resonado con otros ciudadanos que han experimentado situaciones similares. Este tipo de testimonios ha contribuido a la viralización del problema, generando una mayor conciencia sobre los riesgos asociados a la escopolamina.
La embajada ha señalado que los ataques han sido reportados en varias zonas de Guayaquil, especialmente en áreas concurridas como Ceibos y Samborondón. La advertencia se ha vuelto aún más relevante dado que muchos turistas y residentes locales frecuentan estos lugares. La escopolamina no solo afecta a los ciudadanos ecuatorianos, sino que también pone en riesgo a los visitantes extranjeros, quienes pueden ser blanco fácil de estos delitos.
### Respuesta de las Autoridades Locales
La gobernadora del Guayas, Zaida Rovira, ha abordado el tema de los robos relacionados con la escopolamina, aunque ha expresado su preocupación por la falta de denuncias formales. Durante un recorrido por la Bahía de Guayaquil, un importante centro comercial, Rovira mencionó que ha escuchado sobre varios casos, pero que no ha visto denuncias concretas. Esta situación plantea un desafío para las autoridades, ya que la falta de reportes dificulta la implementación de medidas efectivas para combatir este tipo de delitos.
La gobernadora también ha estado en el centro de una controversia con el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, en relación con la gestión de la seguridad en la ciudad. La tensión entre ambos funcionarios ha llevado a un estancamiento en la colaboración necesaria para abordar problemas de seguridad pública. La falta de coordinación entre las autoridades locales puede agravar la situación, dejando a los ciudadanos vulnerables ante el aumento de la criminalidad.
La escopolamina ha sido un problema recurrente en Colombia y Ecuador, y su uso en robos ha sido documentado en diversas ocasiones. La droga, que puede causar efectos severos, como la pérdida de conciencia y, en dosis altas, la muerte, representa un grave riesgo para la salud y la seguridad de las personas. La comunidad debe estar informada sobre los peligros de esta sustancia y cómo evitar convertirse en víctima de los delincuentes que la utilizan.
Es fundamental que tanto los ciudadanos como las autoridades trabajen juntos para crear un entorno más seguro. La educación sobre los riesgos de la escopolamina y la promoción de la denuncia de delitos son pasos cruciales para combatir esta problemática. Además, la colaboración entre diferentes niveles de gobierno puede facilitar la implementación de estrategias más efectivas para prevenir el uso de esta droga en actividades delictivas.
La situación en Guayaquil es un recordatorio de que la seguridad es un asunto que requiere atención constante. La comunidad debe permanecer alerta y unida para enfrentar los desafíos que presenta la delincuencia, especialmente en un contexto donde el uso de sustancias como la escopolamina se ha vuelto común entre los criminales. La prevención y la educación son herramientas clave para proteger a los ciudadanos y visitantes de esta creciente amenaza.