En medio de un clima de tensión social y protestas, el Gobierno de Ecuador ha tomado la decisión de actualizar los contratos con los transportistas del país tras la eliminación del subsidio al diésel. Esta medida, anunciada el 19 de septiembre de 2025, busca equilibrar las tarifas del transporte sin que esto implique un aumento en los precios de los pasajes para los ciudadanos. La vocera presidencial, Carolina Jaramillo, ha enfatizado que la actualización de tarifas se basa en contratos y no en un incremento de los costos del transporte público.
La eliminación del subsidio al diésel ha generado un impacto significativo en el costo de este combustible, que ahora se vende a USD 2,80 por galón. Esta situación ha llevado a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) a convocar un paro nacional, sumando fuerzas con otras organizaciones indígenas y sindicales. Sin embargo, los transportistas han decidido no unirse a esta movilización, lo que ha generado un debate sobre la efectividad de las medidas del Gobierno para mitigar el descontento social.
La decisión del Gobierno de Daniel Noboa de establecer mesas técnicas con los transportistas busca garantizar un equilibrio económico que beneficie a ambas partes. A pesar de las millonarias compensaciones ofrecidas a los transportistas, el Ejecutivo ha dejado claro que la actualización de tarifas no se traduce en un aumento de los pasajes. En este sentido, tanto la vocera presidencial como el Ministerio de Infraestructura y Transporte han reiterado que los precios de los pasajes no subirán, lo que ha sido recibido con escepticismo por parte de algunos sectores de la población.
**Compensaciones y Medidas de Apoyo a los Transportistas**
El Gobierno ha anunciado una inversión de USD 220 millones destinada a compensar a aproximadamente 23,000 transportistas que se verán afectados por la eliminación del subsidio. Para acceder a esta compensación, los transportistas deberán registrarse, lo que ha generado cierta incertidumbre sobre el proceso y su implementación. La vocera Carolina Jaramillo ha afirmado que esta medida es un reconocimiento al trabajo del sector transportista y un esfuerzo por proteger a los ciudadanos.
A pesar de las aclaraciones del Gobierno, la preocupación por el costo del transporte persiste entre los ciudadanos. Los alcaldes de Quito y Guayaquil han expresado su rechazo a cualquier posible incremento en las tarifas del transporte urbano, lo que refleja la presión que enfrenta el Gobierno para mantener la estabilidad social y económica en el país. La situación se complica aún más con la convocatoria a un paro nacional por parte de la Conaie, que se prevé inicie el 21 de septiembre, lo que podría intensificar las tensiones en las calles.
**Reacciones de la Ciudadanía y el Sector Transportista**
La reacción de la ciudadanía ante la eliminación del subsidio y la actualización de tarifas ha sido variada. Muchos ciudadanos temen que, a pesar de las promesas del Gobierno, los precios de los pasajes terminen aumentando de manera indirecta. La incertidumbre sobre el futuro del transporte público ha llevado a un clima de desconfianza, donde los usuarios se preguntan si realmente se respetarán los compromisos adquiridos por el Gobierno.
Por otro lado, el sector transportista se encuentra en una posición delicada. Aunque han decidido no apoyar el paro nacional, la presión por mantener tarifas accesibles y garantizar su sustento económico es palpable. La falta de claridad en la implementación de las compensaciones y la actualización de contratos ha generado inquietud entre los transportistas, quienes buscan asegurar su viabilidad económica en un contexto de cambios abruptos.
La situación actual en Ecuador refleja un momento crítico en la relación entre el Gobierno, los transportistas y la ciudadanía. Las decisiones tomadas en este contexto no solo impactan el transporte público, sino que también afectan la vida diaria de miles de ecuatorianos que dependen de este servicio. La capacidad del Gobierno para gestionar esta crisis y mantener la paz social será crucial en los próximos días, especialmente con la convocatoria a un paro nacional que podría desatar un nuevo ciclo de protestas y movilizaciones en el país. La atención está centrada en cómo se desarrollarán los acontecimientos y si las medidas anunciadas lograrán calmar las tensiones existentes.