La política ecuatoriana se encuentra en el ojo del huracán tras la reciente acusación de violación contra Santiago Díaz Asque, un asambleísta del movimiento Revolución Ciudadana. Este escándalo ha llevado al Gobierno de Daniel Noboa a ofrecer una recompensa de USD 100.000 por información sobre su paradero, luego de que se presentara una denuncia por la presunta violación de una niña de 12 años. La situación ha generado un gran revuelo en el país, especialmente considerando la trayectoria de Díaz dentro del correísmo y su ascenso a la Asamblea Nacional.
**El Ascenso de Santiago Díaz en el Correísmo**
Santiago Díaz Asque no es un desconocido en el ámbito político ecuatoriano. Desde 2007, ha sido un militante activo de la Revolución Ciudadana, el movimiento fundado por el expresidente Rafael Correa. Su carrera política comenzó como procurador común en procesos electorales y, con el tiempo, ocupó diversos cargos públicos durante el gobierno de Correa, incluyendo asesor del mandatario y coordinador de la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain).
La Senain, creada en 2009, fue una entidad polémica, acusada de espionaje y persecución política. A pesar de las controversias, Díaz logró consolidarse como una figura clave dentro del correísmo. En 2023, fue jefe de campaña de Luisa González en su intento por la presidencia, lo que demuestra su influencia y cercanía con los líderes del movimiento.
Sin embargo, su ascenso no estuvo exento de problemas. En 2018, enfrentó una investigación por su supuesta implicación en un caso de tortura contra el periodista Alfonso Pérez. A pesar de estos escándalos, Díaz continuó su carrera política y fue designado asambleísta tras la suspensión de la legisladora Priscila Schettini, quien no pudo asumir su curul debido a una condena por violencia política de género.
**La Acusación y su Impacto en la Política Ecuatoriana**
La denuncia contra Santiago Díaz ha sacudido los cimientos de la Revolución Ciudadana. El 8 de julio de 2025, el padre de la menor presentó la acusación, lo que llevó a la expulsión inmediata de Díaz del bloque correísta. En un comunicado, la Revolución Ciudadana afirmó que «frente a la sola sospecha de un acto tan monstruoso, no hay espacio a la indiferencia». Esta declaración refleja la gravedad de la situación y la presión que enfrenta el movimiento para distanciarse de cualquier comportamiento que pueda manchar su imagen.
Desde la denuncia, Díaz no ha asistido a la Asamblea Nacional, lo que ha generado especulaciones sobre su paradero. La oferta de recompensa por información sobre él indica la seriedad con la que el Gobierno está tratando este caso. La situación ha llevado a un debate más amplio sobre la violencia de género en Ecuador y la responsabilidad de los líderes políticos en la protección de las víctimas.
La Revolución Ciudadana, que ha sido una de las fuerzas políticas más influyentes en el país, ahora se enfrenta a un desafío significativo. La figura de Santiago Díaz, que alguna vez fue vista como un pilar del movimiento, ahora se ha convertido en un símbolo de la crisis que atraviesa el correísmo. La presión pública y mediática está aumentando, y muchos exigen respuestas y acciones concretas para abordar la violencia de género y proteger a las víctimas.
Además, la situación de Díaz plantea preguntas sobre la cultura política en Ecuador y cómo se manejan las acusaciones de este tipo dentro de los partidos. La política ecuatoriana ha estado marcada por escándalos de corrupción y violencia, y este caso podría ser un punto de inflexión en la forma en que se abordan estos temas en el futuro.
La historia de Santiago Díaz es un recordatorio de que la política no solo se trata de poder y ambición, sino también de responsabilidad y ética. A medida que avanza la investigación, el país estará atento a cómo se desarrollan los acontecimientos y qué medidas se tomarán para garantizar que se haga justicia en este caso tan delicado. La Revolución Ciudadana, por su parte, deberá navegar por estas aguas turbulentas y demostrar su compromiso con la justicia y la protección de las víctimas, si desea mantener su relevancia en la política ecuatoriana.