El Gobierno de Ecuador, bajo la administración de Daniel Noboa, ha tomado medidas decisivas para enfrentar el estiaje que se prevé comenzará en septiembre de 2025. Con un presupuesto de USD 259 millones, la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec) ha lanzado un concurso para alquilar 260 megavatios (MW) de energía, una acción necesaria para garantizar la continuidad del suministro eléctrico en un periodo crítico. Este artículo explora los detalles de esta contratación y su importancia para el sistema eléctrico del país.
### Necesidad de Energía Firme ante el Estiaje
La contratación de turbinas es una respuesta a la creciente demanda de electricidad que se espera durante el estiaje, un fenómeno que afecta la generación hidroeléctrica, principal fuente de energía en Ecuador. Según el informe de Celec, se anticipa un aumento del 4% en la demanda eléctrica, lo que implica la necesidad de sumar 430 MW de energía firme, es decir, aquella generada a partir de combustibles fósiles como el diésel y el gas natural.
El estiaje, que se extenderá desde septiembre de 2025 hasta marzo de 2026, representa un desafío significativo para el sistema eléctrico nacional. Las interrupciones en el suministro eléctrico, como las que ocurrieron entre abril y mayo de 2024, han resaltado la urgencia de asegurar una fuente de energía confiable. El informe de Celec enfatiza que el objetivo principal de esta contratación es garantizar la disponibilidad de energía eléctrica durante el periodo crítico, evitando cortes de luz que podrían afectar a millones de ecuatorianos.
El contrato contempla el alquiler de turbinas que funcionen con diésel y/o gas natural, las cuales se ubicarán en las plantas Pascuales II y Enrique García, en la provincia de Guayas. La necesidad de estas turbinas se ha vuelto apremiante, ya que el sistema eléctrico del país enfrenta limitaciones en su capacidad de generación debido a la dependencia de fuentes hidroeléctricas, que son vulnerables a las variaciones climáticas.
### Proceso de Contratación y Plazos
El proceso de contratación se inició el 9 de julio de 2025, con la expectativa de adjudicar el contrato para el 30 de julio del mismo año. Sin embargo, los plazos son ajustados, ya que la empresa ganadora del concurso tendrá hasta enero de 2026 para poner en marcha la operación de las turbinas. Esto significa que, a pesar de que el estiaje comenzará en septiembre, la solución eléctrica no estará disponible hasta cinco meses después.
El proceso de implementación se divide en varias etapas: la primera, que incluye la movilización, montaje y puesta en marcha, puede tomar hasta 180 días. La segunda etapa, que abarca la operación comercial y el mantenimiento, se extenderá por 540 días, mientras que la última fase, que implica la desmovilización y recepción final, tomará 90 días. Este cronograma plantea un desafío considerable, dado que la necesidad de energía es inmediata y la instalación de las turbinas se realizará en un periodo crítico.
A pesar de que la contratación de turbinas fue una de las medidas anticipadas por el Gobierno de Noboa para enfrentar el estiaje, el proceso ha enfrentado varios obstáculos. Desde octubre de 2024, se han presentado dificultades que llevaron a la cancelación de un proceso anterior debido a la falta de garantías por parte del adjudicatario. Estos tropiezos han generado preocupación sobre la capacidad del Gobierno para cumplir con los plazos establecidos y asegurar un suministro eléctrico confiable durante el estiaje.
La situación actual resalta la importancia de una planificación adecuada y de la implementación de soluciones energéticas diversificadas para enfrentar los retos que presenta el cambio climático y la creciente demanda de electricidad. La dependencia de fuentes de energía renovables, aunque es un objetivo a largo plazo, requiere de un enfoque equilibrado que incluya soluciones de respaldo como el alquiler de turbinas a gas y diésel.
La contratación de turbinas para el estiaje es un paso crucial para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico ecuatoriano. A medida que se acerca la fecha de inicio del estiaje, la atención se centra en la capacidad del Gobierno para cumplir con los plazos y asegurar que la energía esté disponible para todos los ecuatorianos. La gestión eficiente de este proceso será fundamental para evitar cortes de luz y garantizar un suministro eléctrico continuo durante un periodo que se anticipa desafiante para el país.