La farándula ecuatoriana se encuentra en el centro de una controversia legal tras la denuncia presentada por Sarah Gabriela Alarcón Pazmiño, quien ha decidido tomar acciones legales contra el reportero conocido como Lazito de la farándula, cuyo nombre real es Wilson Leonardo Quezada Coronel. Esta situación ha captado la atención del público y ha generado un debate sobre la ética en el periodismo de entretenimiento y el impacto de las redes sociales en la reputación de las personas.
### La Denuncia y sus Implicaciones
El 9 de julio de 2025, Sarah Gabriela, de 20 años, presentó una denuncia formal en la Unidad Judicial Norte 1 Penal de Guayaquil. Acompañada por su madre, la reconocida figura de la televisión Gabriela Pazmiño Yépez, la influencer argumenta que Lazito ha llevado a cabo una «feroz campaña de desprestigio» en su contra. En su denuncia, Sarah menciona que los comentarios emitidos en el programa Los Hackers, transmitido el 3 de julio, han afectado gravemente su imagen y reputación.
En el documento presentado por su abogado, Carlos Luis Sánchez, se destaca la importancia de la imagen y la buena reputación en el desarrollo profesional de un creador de contenido digital. Sarah enfatiza que su trayectoria personal ha sido intachable y que las ofensas proferidas por Lazito han causado un daño moral y económico significativo. La denuncia incluye un pedido de pena privativa de libertad de hasta 30 días para el reportero, así como una reparación integral por los daños causados.
### La Campaña de Desprestigio
Sarah Gabriela Alarcón ha señalado que la campaña de desprestigio no se limita a los comentarios realizados en el programa de televisión, sino que también se ha extendido a las redes sociales. En su declaración, menciona que desde la cuenta de Instagram @loshackersfarandula se han publicado numerosas ofensas que han contribuido a dañar su imagen pública. Estas publicaciones han llevado a la opinión pública a considerarla como «la manzana de la discordia» en una supuesta relación estable, lo que ha afectado su reputación de manera considerable.
La influencer ha expresado su preocupación por cómo estas afirmaciones han influido en la percepción que tiene el público sobre ella, lo que podría tener repercusiones en su carrera profesional. En un mundo donde las redes sociales juegan un papel crucial en la construcción de la imagen personal, el impacto de tales comentarios puede ser devastador.
Sarah también ha mencionado que las ofensas han sido acompañadas de insinuaciones sobre su moralidad y el fin de su carrera, lo que ha llevado a una situación insostenible. La denuncia no solo busca justicia por el daño sufrido, sino que también pone de relieve la necesidad de una mayor responsabilidad en el contenido que se difunde en los medios de comunicación y las plataformas digitales.
La situación ha generado un debate en la sociedad ecuatoriana sobre los límites de la libertad de expresión en el contexto del entretenimiento y la farándula. Muchos se preguntan si los reporteros y presentadores de programas de farándula deben ser más cuidadosos con las afirmaciones que hacen sobre las personas, especialmente cuando estas pueden tener un impacto tan profundo en sus vidas.
### Reacciones y Consecuencias
La denuncia de Sarah Gabriela ha provocado diversas reacciones en el público y en el ámbito de la farándula. Algunos apoyan su decisión de buscar justicia, argumentando que es fundamental proteger la reputación de las personas en un entorno donde la información puede ser distorsionada y utilizada para dañar a otros. Otros, sin embargo, cuestionan si esta acción podría tener un efecto negativo en la libertad de prensa y la capacidad de los medios para informar sobre temas de interés público.
El abogado de Gabriela Pazmiño ha declarado que se ha causado un daño moral a su hija y que es necesario que Lazito rinda cuentas por sus acciones. La situación también ha llevado a un aumento en la discusión sobre la ética en el periodismo de entretenimiento, así como sobre la responsabilidad que tienen los creadores de contenido y los medios de comunicación en la difusión de información.
A medida que avanza el proceso legal, será interesante observar cómo se desarrollan los acontecimientos y qué impacto tendrá esta denuncia en el futuro de la farándula ecuatoriana. La historia de Sarah Gabriela Alarcón es un recordatorio de que, en un mundo cada vez más digitalizado, la reputación y la imagen personal son más vulnerables que nunca, y que las acciones en línea pueden tener consecuencias reales y duraderas.