La noche del 20 de junio de 2025, el Coliseo General Rumiñahui en Quito se convirtió en el epicentro del rock y pop latinoamericano, al recibir a dos de sus más grandes exponentes: Los Fabulosos Cadillacs y Bacilos. Este evento marcó un hito en la historia musical de Ecuador, no solo por la calidad de los artistas, sino también por la energía y la pasión que el público demostró durante toda la velada.
### La Magia de Bacilos en el Escenario
Bacilos, la banda originaria de Miami, subió al escenario a las 20:35, y rápidamente cautivó a los asistentes con su estilo único y sus letras pegajosas. Con un público que alcanzó el 80% de la capacidad del Coliseo, la atmósfera se tornó electrizante. La banda comenzó su set con «Pasos de gigante» y «Por hacerme el bueno», temas que resonaron en el corazón de los presentes. Jorge Villamizar, vocalista de Bacilos, no solo se limitó a cantar; interactuó con el público, compartiendo anécdotas de su infancia en Ecuador y haciendo preguntas que provocaron risas y complicidad entre los asistentes.
Uno de los momentos más destacados de su actuación fue la interpretación de «Tabaco y Chanel», que llegó alrededor de las 21:40. La conexión entre la banda y el público era palpable, y los aplausos y vítores no se hicieron esperar. Bacilos cerró su presentación con un gran despliegue de energía, dejando a los asistentes con ganas de más.
### Los Fabulosos Cadillacs: Un Regreso Triunfal
Tras un intermedio de aproximadamente 45 minutos, Los Fabulosos Cadillacs tomaron el escenario a las 10:33. La banda argentina, liderada por el carismático Vicentico, comenzó su set con «El León» y «Demasiada Presión», temas que hicieron vibrar a los asistentes. A pesar de que Vicentico utilizó un bastón en algunas partes de la actuación, su energía y carisma fueron contagiosos, y no tardó en dejarlo de lado para bailar al ritmo de sus propias canciones.
El repertorio de Los Fabulosos Cadillacs incluyó clásicos como «Matador» y «Vasos Vacíos», que fueron recibidos con una ovación ensordecedora. La banda no solo se limitó a tocar, sino que también se involucró con el público, creando un ambiente de celebración y camaradería. A las 11:50, el grupo se despidió, pero el público, aún enérgico, clamó por un regreso al escenario. Después de un breve receso, la banda volvió para interpretar «Matador», cerrando la noche con broche de oro.
### Un Evento que Marca la Escena Musical
Este concierto no solo fue un espectáculo musical, sino también una celebración de la cultura latinoamericana. La fusión de estilos y la diversidad de géneros presentes en el escenario reflejan la riqueza de la música en español. La combinación de Los Fabulosos Cadillacs y Bacilos ofreció a los asistentes una experiencia única, donde cada canción evocaba recuerdos y emociones.
El Coliseo Rumiñahui, con su capacidad para albergar a miles de personas, se llenó de energía y entusiasmo. Familias, amigos y fanáticos de todas las edades se unieron para disfrutar de una noche que quedará grabada en la memoria colectiva de Quito. La música, como siempre, fue el hilo conductor que unió a todos en una sola voz, creando un ambiente de alegría y celebración.
La importancia de eventos como este radica en su capacidad para reunir a diferentes generaciones y culturas, recordándonos que la música es un lenguaje universal. La noche del 20 de junio fue un claro ejemplo de cómo el rock y el pop latinoamericano siguen vivos y vibrantes, resonando en los corazones de quienes los escuchan.
Con una producción impecable y un público entregado, el concierto de Los Fabulosos Cadillacs y Bacilos en Quito no solo fue un éxito, sino también un testimonio del poder de la música para unir a las personas. A medida que la noche avanzaba, quedó claro que el legado de estas bandas perdurará, inspirando a nuevas generaciones de músicos y fanáticos por igual. La música en español sigue siendo un faro de esperanza y alegría, y eventos como este son la prueba de que su luz nunca se apagará.