La Bahía de Guayaquil ha sido escenario de una serie de explosiones que han dejado un saldo devastador para los comerciantes de la zona. Este ataque, que se ha confirmado como un acto de extorsión, ha afectado a seis locales comerciales, con pérdidas que superan los 5.000 dólares por establecimiento. La situación ha generado preocupación entre los comerciantes y ha llevado a la municipalidad a tomar medidas inmediatas para apoyar a los afectados y garantizar la seguridad en la zona.
**Daños y Pérdidas en la Bahía de Guayaquil**
El 4 de junio de 2025, la ciudad de Guayaquil se despertó con la noticia de que varios locales comerciales en la Bahía habían sido destruidos por explosiones. Según el gerente de la empresa pública municipal de seguridad, Segura EP, Álex Anchundia, dos de los locales quedaron completamente destruidos debido a la detonación de un artefacto explosivo. Las pérdidas económicas se estiman entre 4.000 y 5.000 dólares por unidad, lo que representa un duro golpe para los comerciantes que ya enfrentan un entorno económico complicado.
Además de los locales directamente afectados, otros dos establecimientos cercanos sufrieron daños por la onda expansiva, principalmente la ruptura de vidrios. Este tipo de ataques no solo impactan la economía local, sino que también generan un clima de miedo e incertidumbre entre los comerciantes y la comunidad en general. Ante el temor de nuevos ataques, muchos comerciantes decidieron no abrir sus negocios el día siguiente a las explosiones, lo que agrava aún más la situación económica de la zona.
**Respuesta Municipal y Medidas de Seguridad**
En respuesta a esta crisis, el Municipio de Guayaquil ha anunciado que asumirá la reparación total de los locales afectados como una medida de apoyo a los comerciantes. Esta decisión busca no solo mitigar las pérdidas económicas, sino también restaurar la confianza en la seguridad de la zona. La municipalidad ha intensificado los patrullajes y ha implementado el uso de cámaras de videovigilancia para monitorear la situación y prevenir futuros incidentes.
Anchundia también mencionó que se está trabajando en un plan junto a los dueños de negocios para restringir el tránsito en horarios no comerciales, cerrando el acceso peatonal a los callejones comerciales durante la noche. Esta medida busca proteger a los comerciantes y sus negocios de posibles ataques en el futuro. Sin embargo, la falta de acceso directo a los reportes del ECU 911 ha sido un punto de crítica, ya que limita la capacidad de respuesta de la municipalidad ante situaciones de emergencia.
La situación en Guayaquil refleja un problema más amplio de inseguridad y extorsión que afecta a muchas ciudades en la región. Los comerciantes, que ya enfrentan desafíos económicos, ahora deben lidiar con la amenaza constante de la violencia y la extorsión. La colaboración entre la municipalidad y la Policía Nacional es crucial para abordar estos problemas de manera efectiva y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La comunidad espera que las autoridades tomen medidas más contundentes para combatir la extorsión y la violencia, y que se implementen estrategias a largo plazo para mejorar la seguridad en la Bahía de Guayaquil y otras áreas vulnerables de la ciudad. La recuperación económica de la zona dependerá en gran medida de la capacidad de las autoridades para restaurar la confianza de los comerciantes y garantizar un entorno seguro para el desarrollo de sus negocios.