La eutanasia animal ha generado un intenso debate en Guayaquil, especialmente tras las recientes acusaciones de la Fundación Rescate Animal, que alertó sobre un aumento alarmante en el número de eutanasias realizadas por el municipio. En respuesta, la Dirección de Proanimal ha emitido un comunicado en el que niega las acusaciones y presenta cifras que contradicen las afirmaciones de la fundación. La situación ha puesto de manifiesto la complejidad del manejo de la fauna urbana y las políticas de bienestar animal en la ciudad.
**Cifras en Conflicto: La Respuesta del Municipio**
El 21 de mayo de 2025, Carlos Román, director de Proanimal, se pronunció sobre el tema, asegurando que la gestión municipal no tiene una política de eutanasia masiva. Según Román, entre enero y abril de 2025, se han realizado 56 eutanasias, lo que representa solo el 0,17% del total de más de 30,000 atenciones veterinarias brindadas en el mismo periodo. Esta cifra contrasta drásticamente con el 250% de incremento en eutanasias que la Fundación Rescate Animal había denunciado, comparando los 64 casos del año anterior con los 56 registrados hasta finales de marzo de 2025.
Román enfatizó que el 75% de las eutanasias realizadas fueron con la firma de responsabilidad del tutor del animal, lo que sugiere que estas decisiones no se toman a la ligera. Además, argumentó que las cifras presentadas por la fundación no reflejan la totalidad de los servicios ofrecidos por Proanimal, ya que se centran únicamente en las consultas médicas, ignorando otros servicios como vacunaciones, desparasitaciones y cirugías.
**La Eutanasia como Último Recurso**
El director de Proanimal también recordó que la eutanasia está regulada por una ordenanza municipal que establece cinco causas legítimas para su aplicación. Estas incluyen enfermedades terminales con sufrimiento irreversible, diagnósticos de enfermedades zoonóticas o epizoóticas, y casos de agresividad grave que comprometan la seguridad de las personas. Román subrayó que la eutanasia se considera un acto humanitario y siempre se lleva a cabo como último recurso, respaldado por un marco legal y técnico.
La controversia se intensificó cuando la Fundación Rescate Animal anunció la terminación unilateral del convenio con el municipio, lo que Román desmintió, afirmando que el acuerdo sigue vigente y que la fundación no ha seguido el procedimiento adecuado para finalizarlo. Según él, cualquier terminación del convenio debe hacerse por escrito con 30 días de anticipación, algo que no ha ocurrido.
Este conflicto ha puesto de relieve la necesidad de una comunicación clara y efectiva entre las organizaciones de bienestar animal y las autoridades municipales. La falta de entendimiento y la difusión de cifras contradictorias pueden llevar a malentendidos y a una percepción negativa de las políticas de manejo de fauna urbana.
**El Rol de las Organizaciones de Bienestar Animal**
Las organizaciones de bienestar animal desempeñan un papel crucial en la protección de los derechos de los animales y en la promoción de prácticas responsables en el manejo de la fauna urbana. Sin embargo, es fundamental que estas organizaciones trabajen en colaboración con las autoridades para garantizar que sus preocupaciones sean escuchadas y que se implementen políticas efectivas y éticas.
El caso de Guayaquil destaca la importancia de la transparencia en la gestión de la eutanasia animal y la necesidad de que las cifras sean presentadas de manera clara y contextualizada. La desinformación puede generar pánico y desconfianza entre la población, lo que a su vez puede afectar la adopción de animales y la colaboración entre las organizaciones y el municipio.
Además, es esencial que las autoridades municipales mantengan un diálogo abierto con las organizaciones de bienestar animal y la comunidad en general. Esto no solo ayudará a aclarar malentendidos, sino que también permitirá la implementación de programas más efectivos de control de la población animal y atención veterinaria.
La eutanasia animal es un tema delicado que requiere un enfoque equilibrado y humano. Las decisiones deben basarse en datos precisos y en un análisis cuidadoso de cada situación. La colaboración entre las autoridades y las organizaciones de bienestar animal es clave para garantizar que se tomen decisiones informadas y compasivas en beneficio de los animales y de la comunidad en general.