El inicio del nuevo período en la Asamblea Nacional ha traído consigo una serie de desafíos para la bancada de Revolución Ciudadana, que ha cambiado su nombre a Bancada Ciudadana. Este cambio, junto con una serie de decisiones estratégicas, ha llevado a la agrupación a enfrentar una serie de reveses significativos en sus primeras semanas de funcionamiento. La situación actual refleja no solo la fragilidad de su posición en el hemiciclo, sino también la falta de preparación ante las maniobras del oficialismo, representado por el movimiento ADN.
### La Debilidad de la Bancada Ciudadana en el Hemiciclo
Desde el comienzo de la nueva legislatura, la Bancada Ciudadana ha mostrado una notable debilidad en el hemiciclo. En la primera semana, se evidenció que no contaban con los votos necesarios para hacer frente a las decisiones del oficialismo. Este hecho ha sido alarmante, ya que la capacidad de influir en la política nacional depende en gran medida de la habilidad para negociar y obtener apoyos dentro de la Asamblea. La falta de una estrategia clara ha dejado a la bancada en una posición vulnerable, donde las decisiones del oficialismo han prevalecido sin oposición efectiva.
Uno de los errores más destacados ha sido la incapacidad de anticiparse a la jugada del Gobierno respecto a la asambleísta Mónica Salazar. Tras su renuncia a la bancada de Revolución Ciudadana, Salazar se unió a ADN, lo que permitió al oficialismo fortalecer su posición en el Consejo de Administración Legislativa (CAL). Este movimiento no solo debilitó a la Bancada Ciudadana, sino que también dejó claro que el oficialismo estaba dispuesto a aprovechar cualquier debilidad en sus filas.
La estrategia de fragmentarse en dos bancadas, una correísta y otra llamada Bancada de la Gente, también fracasó. La ley impide la creación de bancadas separadas si los asambleístas pertenecen al mismo partido, lo que dejó a la Bancada de la Gente sin poder constituirse. Esta falta de unidad ha sido un factor determinante en la incapacidad de la bancada para hacer frente a las decisiones del oficialismo.
### Estrategias Fallidas y Consecuencias Simbólicas
La falta de una estrategia sólida ha llevado a la Bancada Ciudadana a sufrir derrotas simbólicas que han resonado en el ámbito político. Uno de los momentos más significativos fue el reparto de comisiones, donde el oficialismo logró imponer su agenda sin que la oposición pudiera hacer nada al respecto. La presidencia de la Comisión de Fiscalización, que recayó en Ferdinan Álvarez, un exmiembro del correísmo, simboliza la pérdida de control de la oposición sobre los espacios clave del parlamento. Este hecho no solo es un golpe a la imagen de la Bancada Ciudadana, sino que también limita su capacidad de fiscalización y propaganda.
Además, la designación de dos correístas enfrentados en la misma comisión ha sido vista como una burla por parte del oficialismo, que ha sabido jugar con las divisiones internas de la oposición. La incapacidad de la Bancada Ciudadana para evitar estas maniobras ha puesto de manifiesto su falta de cohesión y estrategia en un entorno político cada vez más competitivo.
La situación actual de la Bancada Ciudadana es un reflejo de la complejidad del panorama político en Ecuador. La falta de preparación ante las maniobras del oficialismo, junto con decisiones estratégicas fallidas, ha llevado a la bancada a una posición de debilidad que podría tener repercusiones a largo plazo. En un contexto donde cada voto cuenta, la capacidad de negociación y la unidad son esenciales para cualquier grupo político que aspire a tener un impacto significativo en la política nacional. La Bancada Ciudadana deberá replantear su estrategia y buscar formas de fortalecer su posición si desea recuperar la influencia que ha perdido en este nuevo período legislativo.