Ecuador se encuentra en una encrucijada financiera, con la necesidad de obtener USD 12.999 millones en créditos y nuevos endeudamientos para el año 2026. Este escenario ha llevado al Gobierno de Daniel Noboa a buscar financiamiento en fuentes que anteriormente no habían estado disponibles, como los bancos chinos. La proforma presupuestaria del país indica que se espera recibir USD 764 millones de entidades chinas, específicamente del Eximbank y del China Development Bank (CDB).
### La Dependencia Financiera de Ecuador
La situación económica de Ecuador ha sido complicada en los últimos años, y el país ha tenido que recurrir a diversas estrategias para mantener su gasto público. La proforma presupuestaria para 2026 revela que el Gobierno planea obtener financiamiento de múltiples fuentes, incluyendo préstamos de bancos internacionales. Sin embargo, la dependencia de la banca china ha sido un tema polémico, dado que los préstamos suelen estar condicionados a la ejecución de proyectos por empresas chinas.
Durante el gobierno de Rafael Correa, Ecuador recibió importantes sumas de dinero de bancos chinos, que estaban atadas a la construcción de grandes obras, como la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair. Este tipo de financiamiento ha generado críticas debido a la falta de transparencia y a las condiciones onerosas que a menudo acompañan estos préstamos. A pesar de esto, el exviceministro de Finanzas, Fabián Carrillo, sostiene que no se debe cerrar la puerta a China, ya que el país necesita recursos para su desarrollo.
### Condiciones de los Préstamos Chinos
Los préstamos que Ecuador espera recibir de la banca china para 2026 están sujetos a condiciones específicas. Por ejemplo, el Eximbank ofrecerá aproximadamente USD 420 millones, mientras que el CDB contribuirá con USD 344,05 millones. Estos fondos estarán destinados a proyectos de inversión concretos, lo que significa que el Gobierno deberá asegurarse de que estos proyectos sean viables y estén bien gestionados.
La historia de la deuda con China ha estado marcada por la controversia. En su punto más alto, Ecuador debía a bancos chinos USD 9.612 millones en 2016, pero esa cifra ha disminuido a USD 2.215 millones a partir de agosto de 2025. Sin embargo, el país sigue enfrentando desafíos significativos, como el hecho de que en 2026 gastará más en pagar intereses de la deuda que en seguridad, lo que plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad de su modelo de financiamiento.
Carrillo advierte que la estrategia de los bancos chinos ha sido históricamente otorgar préstamos con la condición de que las obras sean ejecutadas por empresas de su país. Esto ha llevado a que muchos proyectos no solo sean costosos, sino que también carezcan de la supervisión adecuada, lo que ha resultado en fallas en infraestructuras críticas como Coca Codo Sinclair, que ha presentado problemas técnicos significativos.
### Oportunidades y Retos
A pesar de los desafíos, el Gobierno de Noboa tiene la oportunidad de aprender de los errores del pasado. Carrillo sugiere que es crucial que el proceso de contratación y ejecución de proyectos sea transparente y esté sujeto a un seguimiento riguroso. Esto incluye la evaluación de las empresas chinas que participen en la ejecución de proyectos financiados por estos préstamos.
El futuro de la relación de Ecuador con la banca china dependerá de la capacidad del Gobierno para gestionar estos recursos de manera efectiva. Si se implementan las recomendaciones de auditoría y se mejora la transparencia, Ecuador podría beneficiarse de este financiamiento sin caer en las trampas del pasado.
En resumen, la búsqueda de financiamiento por parte de Ecuador en la banca china es un reflejo de la necesidad urgente de recursos para el desarrollo del país. Sin embargo, es fundamental que el Gobierno maneje esta relación con cuidado, asegurando que los proyectos financiados sean sostenibles y beneficiosos para la población ecuatoriana. La historia de la deuda con China no tiene por qué repetirse, siempre y cuando se tomen las decisiones correctas y se priorice el bienestar del país.
