La reciente visita de la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Kristi Noem, a Ecuador ha generado un amplio debate sobre las implicaciones de la cooperación militar entre ambos países. Desde su llegada el 5 de noviembre de 2025, Noem ha estado en el centro de atención, no solo por su agenda de reuniones con el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, sino también por las discusiones sobre la posible instalación de bases militares estadounidenses en territorio ecuatoriano.
**Agenda de la Visita y Reuniones Clave**
Durante su estancia, Noem ha programado visitas a los balnearios de Manta y Salinas, considerados estratégicos para la cooperación técnica en seguridad. La vocera del Gobierno ecuatoriano, Carolina Jaramillo, ha enfatizado que estas visitas están orientadas a consolidar mecanismos de cooperación entre Ecuador y Estados Unidos, lo que incluye la posibilidad de establecer bases de operaciones para el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU.
La agenda de Noem incluye reuniones con altos funcionarios del gobierno ecuatoriano, donde se abordarán temas cruciales relacionados con la seguridad y la lucha contra el narcotráfico. La secretaria ya había visitado Ecuador en julio de 2025, donde se firmó un acuerdo entre la oficina de Aduana y Protección Fronteriza de EE. UU. y el gobierno ecuatoriano, lo que establece un precedente para esta nueva visita.
La importancia de esta visita radica en el contexto de la creciente preocupación por la seguridad en la región, especialmente en lo que respecta al tráfico de drogas y la violencia asociada. Ecuador ha sido identificado como un punto crítico en las rutas de narcotráfico, lo que ha llevado al gobierno a buscar apoyo internacional para fortalecer sus capacidades de respuesta.
**Referéndum y Bases Militares: Un Tema Controversial**
Uno de los temas más polémicos que ha surgido en el marco de la visita de Noem es el referéndum programado para 2025, que incluye una pregunta sobre la eliminación de la prohibición de instalar bases militares extranjeras en Ecuador. Esta prohibición fue establecida en la Constitución de 2008, durante el gobierno de Rafael Correa, y ha sido un punto de fricción en las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos.
La vocera Jaramillo ha declarado que los planes del gobierno ecuatoriano no se verán alterados por el resultado del referéndum, asegurando que la cooperación con otros países es una prioridad constante. Esto sugiere que, independientemente de la decisión popular, el gobierno de Noboa está comprometido con la idea de establecer bases militares en el país, lo que podría incluir no solo a Estados Unidos, sino también a Brasil.
La posibilidad de que Ecuador permita bases militares extranjeras ha suscitado reacciones mixtas entre la población. Por un lado, algunos ciudadanos ven esto como una oportunidad para mejorar la seguridad y combatir el narcotráfico de manera más efectiva. Por otro lado, hay un fuerte sentimiento de rechazo hacia la idea de que fuerzas extranjeras operen en el país, lo que podría ser visto como una pérdida de soberanía.
Además, la vocera del gobierno ha mencionado que lugares como Orellana y Sucumbíos, en la Amazonía ecuatoriana, también están siendo considerados para la instalación de estas bases. Esto plantea preguntas sobre el impacto ambiental y social que podría tener la presencia militar en estas regiones, que son vitales para la biodiversidad y las comunidades indígenas.
La visita de Kristi Noem y las discusiones sobre la cooperación militar reflejan un cambio en la política de seguridad de Ecuador, que busca adaptarse a un entorno regional cada vez más complejo. La relación entre Ecuador y Estados Unidos ha sido históricamente fluctuante, pero la actual administración parece estar dispuesta a fortalecer los lazos, especialmente en el ámbito de la seguridad.
A medida que se acerca el referéndum de 2025, será crucial observar cómo la población ecuatoriana reacciona ante estas propuestas y qué decisiones tomará el gobierno en función de los resultados. La visita de Noem podría ser un punto de inflexión en la política de defensa y seguridad del país, marcando un nuevo capítulo en la relación bilateral entre Ecuador y Estados Unidos.
