Ecuador se enfrenta a un panorama financiero complicado en 2026, ya que el Gobierno de Daniel Noboa deberá afrontar un pago de deuda externa que asciende a USD 3.918 millones. Este monto representa más del doble de lo que se debía pagar en 2025, lo que plantea serias interrogantes sobre la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras. La deuda externa ha sido un tema recurrente en la economía ecuatoriana, y el aumento significativo de los pagos en 2026 es un claro reflejo de la presión que enfrenta el Ministerio de Finanzas.
El incremento en la deuda se debe, en gran parte, a que el país comenzará a pagar las amortizaciones de los bonos 2030. Estos bonos son instrumentos financieros que permiten al Estado obtener préstamos de inversionistas internacionales, y su pago se ha vuelto una prioridad para el Gobierno. Según el exviceministro de Finanzas, Daniel Lemus, el país había estado pagando solo los intereses de estos bonos, pero a partir de 2026, deberá comenzar a abonar las cuotas correspondientes, lo que representa un desafío adicional para la administración de Noboa.
### La Estructura de la Deuda Externa
La deuda externa de Ecuador se compone de diferentes elementos, siendo los bonos una parte significativa. Hasta julio de 2025, el país tenía una deuda en bonos que alcanzaba los USD 14.380 millones, lo que representa aproximadamente el 29% del total de la deuda externa. La mayor parte de esta deuda corresponde a tres bonos emitidos durante el gobierno de Lenín Moreno, que deben ser pagados en 2030, 2035 y 2040. En particular, el bono 2030 es crucial, ya que a partir de 2026, el país deberá comenzar a pagar las amortizaciones, lo que implica desembolsos de USD 407 millones en enero y julio de ese año.
La capacidad del Gobierno para cubrir estos pagos es fundamental para mantener la confianza de los mercados internacionales. Si Ecuador no logra cumplir con sus obligaciones, podría caer en default, lo que complicaría aún más el acceso a financiamiento futuro. La historia reciente del país, que incluye un default en 2008, resalta la importancia de una gestión financiera prudente y responsable.
### Presiones Adicionales y Estrategias del Gobierno
Además de los pagos de los bonos, el Gobierno de Noboa también deberá hacer frente a un aumento en los pagos a organismos multilaterales, que son los principales prestamistas del país. En 2025, Ecuador debía pagar USD 1.368 millones a entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, para 2026, esta cifra se elevará a USD 2.307 millones, lo que añade una presión adicional sobre las finanzas públicas.
El director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), José Hidalgo, señala que, para cubrir el déficit y los mayores pagos de deuda externa, el Gobierno necesitará volver a emitir bonos. Sin embargo, el alto riesgo país que enfrenta Ecuador complica esta estrategia. Actualmente, si el país decidiera emitir bonos, tendría que pagar tasas de interés que oscilan entre el 11% y el 12% anual, en comparación con el 4,5% que cobra en promedio los organismos multilaterales.
La ministra de Finanzas, Sariha Moya, ha indicado que el Gobierno tiene un plan para manejar esta situación. Aseguró que se cumplirán los pagos de los bonos que vencen en enero y julio de 2026, aunque no especificó de dónde provendrán los recursos. Además, se prevé una operación de canje de deuda externa, que permitiría cambiar deuda existente por nueva, con condiciones más favorables. Esta estrategia busca aliviar la presión de los pagos y liberar recursos para otros fines.
Sin embargo, el contexto político también podría influir en la situación financiera del país. Se anticipa que en 2026 Ecuador podría enfrentar elecciones para una Asamblea Constituyente, lo que podría generar incertidumbre y afectar la percepción de riesgo entre los inversionistas. La combinación de un alto nivel de deuda, la necesidad de cumplir con los pagos y el contexto político incierto plantea un panorama desafiante para el Gobierno de Noboa.
Ecuador se encuentra en una encrucijada financiera, donde la gestión de la deuda externa será crucial para su estabilidad económica. La capacidad del Gobierno para cumplir con sus obligaciones y mantener la confianza de los mercados será determinante para el futuro económico del país. A medida que se acercan los plazos de pago, la presión sobre las finanzas públicas aumentará, y será fundamental que el Gobierno implemente estrategias efectivas para manejar esta situación.
