En un contexto de creciente tensión social en Ecuador, el pueblo Kichwa Karanki ha decidido mantener su resistencia contra el Gobierno Nacional. Esta decisión se tomó durante una asamblea territorial celebrada el 19 de octubre de 2025, donde se discutieron las acciones a seguir en el marco del paro nacional que ha sido convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). La principal demanda de los Kichwa Karanki es la derogatoria del Decreto 126, que eliminó el subsidio estatal al diésel, una medida que ha generado un fuerte descontento entre las comunidades indígenas y campesinas del país.
### Contexto del Paro Nacional
El paro nacional, que ya lleva 26 días, ha sido una respuesta directa a las políticas del presidente Daniel Noboa, quien argumenta que el subsidio al diésel beneficiaba a redes criminales involucradas en el contrabando y la minería ilegal, en lugar de ayudar a los más pobres. Sin embargo, las comunidades indígenas, como el pueblo Kichwa Karanki, sostienen que esta medida afecta gravemente su economía y su forma de vida. Durante la asamblea, se resolvió no solo continuar con la resistencia, sino también fortalecer la articulación comunitaria y hacer campaña por el ‘No’ a la consulta popular, que consideran una amenaza a sus derechos colectivos y territorios.
La situación en Imbabura, donde se encuentra el pueblo Kichwa Karanki, se ha vuelto crítica. Las manifestaciones han llevado a bloqueos en al menos 13 vías de tres provincias, siendo Imbabura el epicentro de estas protestas. La comunidad Kichwa Karanki, reconocida por su rica cultura y tradiciones, se ha unido a otras organizaciones indígenas para exigir cambios significativos en las políticas gubernamentales que afectan sus derechos y su bienestar.
### Respuestas del Gobierno y la Comunidad
El Gobierno, por su parte, ha intensificado los operativos contra la minería ilegal y ha defendido su decisión de eliminar el subsidio al diésel, argumentando que es una medida necesaria para combatir la corrupción y el crimen organizado. Sin embargo, esta postura ha sido recibida con desconfianza y rechazo por parte de las comunidades indígenas, que ven en estas acciones una forma de criminalizar sus luchas y demandas.
El ataque del Ejército a una zona montañosa en Buenos Aires, Imbabura, ha exacerbado aún más la tensión. Este ataque, dirigido contra operaciones mineras ilegales, ha sido interpretado por muchos como un intento de silenciar las voces de resistencia en la región. La comunidad Kichwa Karanki ha expresado su preocupación por la militarización de su territorio y el uso de la fuerza para reprimir las manifestaciones pacíficas.
A medida que las tensiones aumentan, la comunidad Kichwa Karanki se mantiene firme en su decisión de resistir. La asamblea del 19 de octubre no solo reafirmó su compromiso con la lucha por la derogatoria del Decreto 126, sino que también destacó la importancia de la unidad entre las comunidades indígenas. La articulación comunitaria se ha vuelto esencial para fortalecer su voz y sus demandas ante un Gobierno que, según ellos, ignora sus necesidades y derechos.
La resistencia del pueblo Kichwa Karanki es un reflejo de la lucha más amplia de las comunidades indígenas en Ecuador. A medida que el paro nacional continúa, la atención se centra en cómo el Gobierno responderá a estas demandas y si habrá un cambio en su enfoque hacia las comunidades indígenas. La situación es un recordatorio de la importancia de la participación activa de las comunidades en la toma de decisiones que afectan sus vidas y sus territorios. La lucha por el reconocimiento de sus derechos y la defensa de su cultura sigue siendo una prioridad para el pueblo Kichwa Karanki y otros grupos indígenas en el país.