La reciente escalada de tensiones entre Estados Unidos y Colombia ha alcanzado un nuevo nivel tras el ataque militar estadounidense que resultó en la muerte de tres presuntos narcotraficantes vinculados al Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este incidente, que tuvo lugar en aguas del Caribe, es parte de una serie de acciones militares que Washington ha emprendido bajo la justificación de combatir el narcotráfico en la región.
El ataque, llevado a cabo el 17 de octubre de 2025, fue anunciado por el Secretario del Departamento de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth. Según Hegseth, la operación se realizó bajo la dirección del presidente Trump y se enmarca dentro de un nuevo enfoque militar contra el narcotráfico, que ha sido declarado como un «conflicto armado». En su declaración, Hegseth enfatizó que la embarcación atacada estaba operando en una ruta conocida por el tráfico de drogas y transportaba una cantidad significativa de narcóticos.
### Contexto del Conflicto
La relación entre Estados Unidos y Colombia ha sido históricamente compleja, marcada por la cooperación en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, la reciente política de la administración Trump ha llevado a un aumento de las tensiones. Desde que se declaró el «conflicto armado», Estados Unidos ha desplegado fuerzas adicionales en el mar Caribe, lo que ha generado preocupaciones en el gobierno colombiano y en el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Hegseth comparó a los carteles de narcotraficantes con Al Qaeda, afirmando que estos grupos utilizan la violencia y el terrorismo para imponer su voluntad y amenazar la seguridad nacional de Estados Unidos. Esta retórica ha intensificado las críticas hacia el gobierno colombiano, que ha sido acusado de no hacer lo suficiente para combatir el narcotráfico. En este contexto, Trump ha decidido suspender la ayuda financiera a Colombia, describiendo al presidente Gustavo Petro como «un líder del narcotráfico».
El ataque en el Caribe es el séptimo desde que se inició esta nueva estrategia militar, lo que indica un compromiso sostenido por parte de Estados Unidos para erradicar lo que considera una amenaza a su seguridad. Sin embargo, este enfoque ha sido criticado por muchos analistas y líderes políticos, quienes advierten que podría desestabilizar aún más la región y exacerbar la violencia.
### Reacciones Internacionales
La respuesta del gobierno colombiano no se ha hecho esperar. Gustavo Petro ha condenado el ataque, acusando a Estados Unidos de violar la soberanía colombiana y de actuar de manera unilateral en un conflicto que debería ser abordado de manera conjunta. La situación ha llevado a un aumento de las tensiones diplomáticas entre ambos países, con Petro exigiendo una revisión de la cooperación militar y un enfoque más centrado en el desarrollo social y económico.
Además, la comunidad internacional ha comenzado a prestar atención a esta situación, con varios países expresando su preocupación por el uso de la fuerza militar en la lucha contra el narcotráfico. Muchos expertos advierten que la militarización de la lucha contra las drogas no ha demostrado ser efectiva en el pasado y que podría llevar a un aumento de la violencia y la inestabilidad en la región.
El ataque también ha generado un debate sobre la estrategia de Estados Unidos en América Latina. Algunos analistas sugieren que la administración Trump está utilizando el narcotráfico como una excusa para justificar una mayor intervención militar en la región, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la soberanía de los países latinoamericanos.
A medida que la situación se desarrolla, es probable que veamos un aumento en las tensiones no solo entre Estados Unidos y Colombia, sino también con otros países de la región que se ven afectados por el narcotráfico y la violencia asociada. La comunidad internacional deberá estar atenta a cómo se desarrollan estos acontecimientos y a las posibles repercusiones en la estabilidad de América Latina.