La gastronomía ecuatoriana ha encontrado en Cristian Suzuki a un embajador que no solo destaca por su talento culinario, sino también por su rica herencia cultural. Este chef, con raíces japonesas y guayaquileñas, ha sabido combinar lo mejor de ambas tradiciones en su cocina, creando un estilo único que ha capturado la atención de muchos. Desde su participación en MasterChef Ecuador hasta su actual rol como chef corporativo y presentador de televisión, Suzuki ha recorrido un camino fascinante que refleja su pasión por la cocina y su deseo de contar historias a través de los sabores.
### Un Viaje Culinario con Raíces Profundas
Cristian Suzuki nació en Guayaquil, hijo de un padre japonés y una madre ecuatoriana. Esta mezcla de culturas ha influido profundamente en su vida y en su carrera. A pesar de que su padre era un excelente cocinero, Suzuki no comenzó su andanza en la cocina hasta más tarde. En su adolescencia, la cocina se convirtió en una forma de conquistar a las chicas, y fue así como empezó a experimentar con los sabores y las recetas. Sin embargo, su camino hacia la gastronomía no fue directo; inicialmente, soñaba con ser ginecólogo y estudió Medicina durante un tiempo antes de darse cuenta de que su verdadera vocación estaba en la cocina.
A lo largo de su trayectoria, Suzuki ha tenido la oportunidad de formarse en diversas disciplinas. Estudió Diseño Gráfico, Arquitectura y Comunicación Social, pero fue su pasión por la cocina la que lo llevó a inscribirse en Cook & Chef School, donde recibió una beca que le permitió profundizar en el arte culinario. Su formación continuó en el Tecnológico Universitario Espíritu Santo, donde se graduó como tecnólogo en gastronomía. Esta sólida base educativa le ha permitido desarrollar un enfoque profesional y creativo en su cocina.
### La Cocina como Forma de Expresión
Para Cristian, la cocina es mucho más que una simple actividad; es una forma de contar historias. A través de sus platos, busca transmitir su herencia cultural y su amor por la gastronomía. Aunque es conocido por su habilidad en la cocina asiática, también se siente cómodo preparando una variedad de platillos que reflejan la diversidad de la cocina ecuatoriana. En sus propias palabras, «cocinar es un arte» y considera que la gastronomía ecuatoriana tiene un potencial enorme para ser reconocida a nivel internacional.
Uno de los aspectos que Suzuki destaca es la importancia de la diversidad en la gastronomía. A menudo, las personas se limitan a probar solo un tipo de cocina, lo que les impide conocer la riqueza de sabores que el mundo tiene para ofrecer. Para él, es fundamental tener un bagaje gastronómico que permita a los comensales apreciar las diferencias y similitudes entre las distintas tradiciones culinarias.
En su experiencia, ha observado que muchos aspirantes a chefs cometen el error de pensar que el éxito en la cocina se logra rápidamente, como lo ven en la televisión. Sin embargo, enfatiza que el camino hacia la maestría culinaria comienza desde lo básico, como pelar papas y lavar platos. Esta humildad y dedicación son esenciales para crecer en el mundo de la gastronomía.
### Reflexiones sobre la Alimentación y la Cultura
Cristian también ha reflexionado sobre las costumbres alimenticias en Ecuador y cómo estas difieren de las de otros países. Por ejemplo, menciona que en Japón se enseña a los niños sobre nutrición desde una edad temprana, lo que les ayuda a desarrollar hábitos alimenticios saludables. En contraste, en Ecuador, es común que las comidas se acompañen de bebidas azucaradas, lo que puede afectar la salud a largo plazo. Para él, es esencial disfrutar de la comida de manera equilibrada y variada, sin caer en excesos.
Además, Suzuki ha compartido su deseo de abrir un restaurante en el futuro, aunque actualmente se enfoca en aprovechar su marca personal y la exposición que ha ganado a través de su participación en MasterChef. Reconoce que el negocio de la gastronomía es complejo y que no todos los restaurantes tienen éxito, ya que hay muchos factores que influyen en su rentabilidad, desde la calidad de la comida hasta el servicio al cliente.
A pesar de los desafíos, Suzuki se mantiene optimista y está decidido a seguir explorando su pasión por la cocina. Su hija, Hiroko, también ha mostrado interés en el mundo culinario, lo que sugiere que el amor por la gastronomía puede seguir siendo parte de su legado familiar. Cristian Suzuki es un ejemplo de cómo la cocina puede unir culturas y contar historias, y su viaje apenas comienza.