La situación de Telefónica en Ecuador ha estado marcada por la incertidumbre y la espera de la renovación de su contrato de concesión. Recientemente, la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) aprobó una nueva prórroga de 16 días para la operadora Otecel, que es la filial de Telefónica en el país. Esta extensión se produce en un contexto donde la compañía española busca cerrar la venta de sus operaciones a Millicom, un proceso que ha estado en marcha durante varios años.
### La Prórroga y el Proceso de Venta
El 15 de octubre de 2025, Arcotel emitió la Resolución 2025-228, que establece que la prórroga del contrato de Otecel se extiende hasta el 31 de octubre de 2025. Durante este tiempo, se espera que se firme la renovación del contrato de concesión por un período adicional de 15 años. Esta situación es crucial para Telefónica, ya que la finalización de esta renovación es un paso necesario para concretar la venta de sus operaciones a Millicom, que se espera que se realice por un monto de 380 millones de dólares.
Millicom, que opera en Ecuador bajo la marca Tigo, es una de las principales empresas de telecomunicaciones en América Latina. La venta de Otecel a Millicom ha sido autorizada por la Superintendencia de Competencias Económicas, pero aún está sujeta a la firma del nuevo contrato de concesión. Este proceso ha sido largo y complicado, con negociaciones que comenzaron oficialmente en agosto de 2021, aunque las reuniones concretas no comenzaron hasta diciembre de 2022.
### Retos en la Renovación de Contratos
La situación de Telefónica no es única; Claro, otra operadora de telefonía móvil en Ecuador, también ha enfrentado desafíos similares en la renovación de su contrato. El contrato de Otecel originalmente vencía el 30 de noviembre de 2023, lo que llevó a Arcotel a otorgar múltiples prórrogas para evitar la interrupción del servicio. En el caso de Claro, su contrato vencía en agosto de 2023, y también recibió una prórroga hasta que se complete la renegociación.
La falta de una resolución definitiva en la renovación de estos contratos ha generado preocupación tanto entre los consumidores como en el sector empresarial. La incertidumbre sobre el futuro de los servicios de telecomunicaciones en Ecuador podría afectar la calidad del servicio y la inversión en infraestructura. Las operadoras, por su parte, están ansiosas por asegurar la continuidad de sus operaciones y la posibilidad de expandir sus servicios en el país.
A medida que se acerca la fecha límite de la prórroga, el tiempo se convierte en un factor crítico. La presión está sobre Telefónica y Millicom para que finalicen las negociaciones y firmen el nuevo contrato de concesión. La situación actual refleja un momento decisivo en el sector de telecomunicaciones en Ecuador, donde las decisiones tomadas en las próximas semanas tendrán un impacto significativo en el futuro de los servicios móviles en el país.
En resumen, la prórroga de 16 días otorgada a Telefónica es un paso más en un proceso que ha sido largo y complicado. La compañía espera que esta extensión le brinde el tiempo necesario para cerrar la venta de Otecel a Millicom y asegurar su futuro en el mercado ecuatoriano. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y tanto los consumidores como las empresas están a la espera de una resolución que defina el panorama de las telecomunicaciones en Ecuador.