La ciudad de Guayaquil está dando pasos significativos hacia la sostenibilidad y la mejora de su entorno urbano mediante la implementación de Bosques Urbanos Nativos (BUN). Este innovador proyecto busca no solo embellecer la ciudad, sino también combatir el calor extremo y mitigar el riesgo de inundaciones, creando espacios que favorecen la biodiversidad y la calidad del aire. Desde abril de 2024, Guayaquil ha inaugurado dos de estos bosques, con planes de expandir esta iniciativa en el futuro cercano.
### La Transformación de Espacios Urbanos
Los Bosques Urbanos Nativos son el resultado de un esfuerzo por renaturalizar áreas que anteriormente eran simplemente redondeles sin vegetación. Estos espacios han sido transformados en ecosistemas que recrean la flora autóctona de la región, utilizando especies del bosque seco y del bosque siempreverde. La iniciativa, impulsada por la Fundación La Iguana y la Alcaldía de Guayaquil, ha permitido que la ciudad cuente con dos BUN: uno en el redondel de la avenida Antonio Parra Velasco, en el norte, y otro en la avenida 25 de Julio, en el sur, frente al Puerto Marítimo.
El alcalde Aquiles Alvarez ha expresado su compromiso de desarrollar al menos tres bosques adicionales, pero también ha enfatizado la necesidad de establecer una ‘malla verde’ que conecte estos espacios y potencie su efectividad. Esta estrategia ecológica cuenta con el respaldo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), que ha proporcionado apoyo técnico y financiero para la implementación de estos proyectos.
Guayaquil ha enfrentado temperaturas récord en los últimos años, alcanzando hasta 36,7 grados centígrados. La especialista en silvicultura tropical sostenible, Gina Serrano, ha destacado que estos bosques urbanos no solo ayudan a regular la temperatura, sino que también mejoran la calidad del aire y contribuyen a la captura de carbono, lo que es crucial en la lucha contra el cambio climático.
### Beneficios de los Bosques Urbanos Nativos
La creación de los Bosques Urbanos Nativos no solo se trata de plantar árboles; es un proceso integral que busca restaurar el equilibrio ecológico de la ciudad. En el primer BUN, ubicado en Sauces 6, se han sembrado más de 3.000 ejemplares de 91 especies nativas y endémicas. Este espacio ha sido diseñado para ser autosustentable, utilizando técnicas como la construcción de biozanjas que permiten la retención de agua de lluvia, lo que a su vez mejora la capacidad de absorción del suelo y reduce el riesgo de inundaciones.
El segundo BUN, inaugurado en julio de 2024, ha demostrado ser igualmente exitoso. En su primer año, ha producido más de 320 millones de litros de oxígeno y ha servido como refugio para más de 55 especies de fauna y flora. Estos bosques no solo benefician al medio ambiente, sino que también ofrecen un espacio para que la comunidad se involucre en actividades de siembra y cuidado de las plantas, promoviendo un sentido de pertenencia y responsabilidad ambiental.
La comunidad ha jugado un papel fundamental en el establecimiento de los BUN. Residentes como Teresa Bayas, quien participó en la siembra, defienden el proyecto ante quienes critican su apariencia. Ella enfatiza que lo que muchos ven como monte es, en realidad, una parte vital del bosque seco que necesita ser restaurado. Este enfoque en la regeneración natural es clave para el éxito de la iniciativa.
### Hacia un Futuro Verde
Los Bosques Urbanos Nativos son solo el comienzo de un ambicioso plan para transformar Guayaquil en una ciudad más verde y habitable. La idea de una ‘malla verde’ implica la creación de corredores naturales que conecten diferentes áreas verdes de la ciudad, lo que no solo mejorará la calidad del aire, sino que también facilitará la movilidad sostenible mediante la implementación de ciclovías y espacios peatonales.
El arquitecto Fredy Olmedo, especialista en eco-urbanismo, ha señalado que es urgente aumentar la superficie vegetal de la ciudad para mitigar el efecto de las islas de calor. Para ello, sugiere la instalación de una planta de compostaje y un vivero de plantas nativas, lo que podría potenciar aún más la capacidad de Guayaquil para enfrentar los desafíos ambientales del futuro.
Con más de 7.500 plantas de 143 especies ya establecidas, los Bosques Urbanos Nativos tienen el potencial de capturar hasta 23.610 kilogramos de carbono al año. Este esfuerzo no solo es un paso hacia la sostenibilidad, sino que también representa un cambio en la forma en que los ciudadanos perciben y valoran su entorno natural. La transformación de Guayaquil hacia una ciudad más verde y resiliente está en marcha, y los Bosques Urbanos Nativos son una parte fundamental de este proceso.