La economía de Ecuador ha mostrado señales de recuperación en 2025, un año que se presenta como un punto de inflexión tras las dificultades enfrentadas en 2024. Las ventas internas del país han alcanzado un total de USD 158.171 millones entre enero y septiembre, lo que representa un aumento del 7% en comparación con el año anterior. Este repunte se produce en un contexto donde el Servicio de Rentas Internas (SRI) ha proporcionado datos y proyecciones que reflejan una mejora significativa en el consumo interno.
La recuperación de las ventas internas es especialmente notable después de un 2024 marcado por una serie de desafíos económicos, incluyendo cortes de luz, una crisis de seguridad y un aumento en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que afectaron el consumo de los hogares. En este sentido, el Banco Central del Ecuador (BCE) ha proyectado un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de hasta el 4% para 2025, un cambio positivo después de la caída del 2% experimentada en 2024.
### Factores que Impulsan el Crecimiento
El crecimiento de las ventas internas en 2025 puede atribuirse a varios factores. Uno de los más destacados es el fenómeno conocido como «efecto rebote». Este concepto se refiere a la tendencia de las economías a mostrar tasas de crecimiento más altas inmediatamente después de una recesión. En términos simples, cuando una economía se recupera de una caída, el crecimiento inicial puede parecer más fuerte debido a que se parte de una base más baja. Por ejemplo, tras la pandemia de Covid-19, las ventas internas en Ecuador experimentaron un aumento del 20%, aunque posteriormente comenzaron a desacelerarse.
El tercer trimestre de 2025 ha sido el más dinámico, con un crecimiento del 8%, lo que sugiere que el país está en una trayectoria de recuperación. Sin embargo, expertos como Freddy García, Chief Economist de Andersen Ecuador, advierten que este crecimiento, aunque positivo, aún es frágil y podría no consolidarse. Las ventas han mostrado volatilidad, con meses de crecimiento significativo seguidos de caídas, como ocurrió en marzo de 2025.
Otro factor que ha influido en el aumento de las ventas es la demanda represada debido al proceso electoral que tuvo lugar a principios de año. La incertidumbre generada por las elecciones llevó a muchos actores económicos a esperar antes de reactivar el consumo y la inversión. Sin embargo, una vez que se conocieron los resultados, las ventas internas repuntaron con fuerza, lo que indica que la confianza en la economía ha comenzado a restablecerse.
### Desempeño de las Exportaciones y Desafíos Futuros
A pesar del crecimiento en las ventas internas, el desempeño de las exportaciones petroleras ha sido menos favorable. En septiembre de 2025, las exportaciones petroleras cayeron un 19% en comparación con el mismo período del año anterior. Esta caída se atribuye a desastres naturales, como deslaves y la erosión en el río Coca, que obligaron a detener temporalmente la operación de oleoductos y pozos petroleros. Esta situación es preocupante, ya que el sector petrolero es una fuente crucial de ingresos para la economía ecuatoriana, que opera bajo un sistema de dolarización.
El BCE ha proyectado que la economía ecuatoriana crecerá un 1,8% en 2026, lo que representa una desaceleración en comparación con el crecimiento esperado para 2025. Este pronóstico sugiere que el próximo año podría ser menos dinámico, lo que afectará las ventas internas y el consumo de los hogares. Además, se anticipa que el aumento del precio del diésel tendrá un impacto en la inflación, lo que podría repercutir negativamente en el poder adquisitivo de los ciudadanos.
La incertidumbre política también podría influir en la economía en 2026, especialmente si se lleva a cabo una Asamblea Constituyente, un proceso que podría generar más inestabilidad y afectar la confianza de los inversores y consumidores.
En resumen, aunque 2025 ha traído consigo un repunte en las ventas internas de Ecuador, los desafíos persisten. La combinación de un crecimiento moderado, la volatilidad en las ventas y las dificultades en el sector petrolero plantea un panorama mixto para el futuro económico del país. Las proyecciones para 2026 indican que se necesitarán esfuerzos significativos para mantener la recuperación y asegurar un crecimiento sostenible en el largo plazo.