La ciudad de Guayaquil se encuentra en un proceso de transformación urbana que busca mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Uno de los proyectos más destacados es el plan de soterramiento de redes de telecomunicaciones en la ciudadela Urdesa Central, donde los cables aéreos, conocidos localmente como ‘tallarines’, han generado preocupaciones tanto estéticas como de seguridad. Este artículo explora los detalles de este ambicioso proyecto y las inquietudes de los residentes que se verán afectados por las obras.
### Un Proyecto Necesario para la Ciudadela Urdesa
El municipio de Guayaquil ha destinado un presupuesto de USD 4,6 millones para llevar a cabo el soterramiento de las redes de telecomunicaciones, un proceso que comenzó oficialmente el 1 de septiembre de 2025. Este plan tiene como objetivo eliminar el cableado aéreo que no solo afecta la estética de la ciudad, sino que también representa un riesgo para la seguridad de los peatones y conductores. Los cables, que cuelgan de los postes a baja altura, han ocasionado accidentes y han dificultado la movilidad en las aceras.
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, ha enfatizado la importancia de este proyecto, que se enmarca dentro de un plan más amplio del Ministerio de Telecomunicaciones. Este plan nacional, que se implementará entre 2024 y 2025, busca soterrar un total de 331,64 kilómetros de redes de telecomunicaciones en varias ciudades del país, incluyendo Guayaquil, donde se espera eliminar 20 kilómetros anuales de cables aéreos.
Los trabajos de soterramiento incluirán diversas actividades, como el corte de aceras y la construcción de pozos de revisión, así como la instalación de tuberías subterráneas. Estas acciones no solo mejorarán la seguridad, sino que también contribuirán a la recuperación del espacio público y a la reducción de la contaminación visual.
### Preocupaciones de los Residentes
A pesar de los beneficios que promete el soterramiento de redes, los residentes de Urdesa Central han expresado varias preocupaciones sobre el impacto que las obras tendrán en su vida diaria. En primer lugar, existe una inquietud sobre la duración de los trabajos, que se estima en un año a partir de la firma del contrato, programada para octubre de 2025. Los comerciantes locales temen que la actividad comercial se vea afectada, ya que Urdesa Central alberga más de 600 establecimientos que dependen del flujo constante de clientes.
Francisco Yunga, dueño de un minimarket en la zona, ha manifestado su preocupación por las molestias que la obra podría causar a sus clientes. «Aceptamos las molestias porque sabemos que es para nuestro beneficio, pero ojalá no se demoren mucho tiempo», comentó. La actividad comercial en Urdesa es intensa, y los comerciantes están preocupados por cómo las obras afectarán su negocio durante el tiempo que dure la construcción.
Además, el tráfico en la zona es otro punto de preocupación. Los residentes han sugerido que se realicen trabajos las 24 horas del día para minimizar el impacto en la movilidad. Ricardo Valiente, otro comerciante local, ha señalado que el tráfico ya es un problema en la zona, y que cualquier retraso en la obra podría agravar la situación.
Por último, la accesibilidad para personas mayores y con discapacidades es una preocupación importante. Los trabajos de levantamiento del pavimento en las veredas podrían dificultar el acceso a las viviendas para aquellos que dependen de bastones o sillas de ruedas. Laura Ramírez, una residente, ha pedido que se planifique la obra de manera que se minimicen las molestias para los más vulnerables.
### Un Futuro Prometedor
A pesar de las preocupaciones, el soterramiento de redes en Urdesa Central representa una oportunidad para mejorar la infraestructura de Guayaquil y la calidad de vida de sus habitantes. La eliminación de los ‘tallarines’ no solo mejorará la seguridad y la estética de la ciudadela, sino que también contribuirá a un entorno urbano más ordenado y funcional.
Los residentes de Urdesa Central están a la espera de que el municipio cumpla con los plazos establecidos y que las obras se realicen de manera eficiente. La colaboración entre el gobierno local y la comunidad será clave para asegurar que este proyecto se lleve a cabo con éxito, beneficiando a todos los habitantes de la ciudadela y, en última instancia, a la ciudad de Guayaquil en su conjunto.