La mañana del 22 de septiembre de 2025, se reinstaló la audiencia de lectura de sentencia en el caso que involucra al exalcalde de Quito, Jorge Yunda, y a otros 13 funcionarios municipales, por la compra irregular de pruebas PCR durante la pandemia de Covid-19. Este proceso judicial ha sido uno de los más complejos y prolongados en la historia reciente del país, generando un gran interés público y mediático. La audiencia se reanudó después de casi 500 días de suspensión, un tiempo marcado por diversas controversias y decisiones judiciales que han afectado el desarrollo del caso.
### Contexto del Caso
El origen de este juicio se remonta a un contrato firmado en abril de 2020, en plena crisis sanitaria global, para la adquisición de 100.000 pruebas PCR por un monto total de 4,2 millones de dólares. La empresa adjudicada para este contrato fue Salumed S.A., que, según la Fiscalía, no cumplió con las especificaciones acordadas. En lugar de las pruebas PCR de alta eficacia, el Municipio de Quito recibió pruebas RT-LAMP, que resultaron ser menos efectivas, lo que generó un perjuicio económico estimado en más de 2,2 millones de dólares para el erario público.
Jorge Yunda ha sido imputado como autor mediato en este caso, mientras que otros actores clave, como el exsecretario de Salud, Lenín Mantilla, y el representante de Salumed, Juan Alejandro Vinelli, son considerados autores directos del delito de peculado. Además, otros funcionarios y asesores que participaron en el proceso de contratación también enfrentan cargos, lo que refleja la magnitud de la red de implicados en este escándalo.
La primera audiencia del caso se llevó a cabo el 6 de febrero de 2024, después de varios aplazamientos y de una declaración de nulidad del proceso original en 2023. Esta nulidad obligó a reiniciar la etapa de prueba desde cero, lo que ha contribuido a la prolongación del juicio y a la frustración de muchas partes involucradas.
### Declaraciones y Expectativas
Antes del inicio de la audiencia, Jorge Yunda expresó su confianza en el sistema judicial, afirmando que «en el proceso nunca se pudo comprobar sobreprecio o que las pruebas eran chimbas». Estas declaraciones reflejan la postura defensiva del exalcalde, quien ha mantenido su inocencia a lo largo de todo el proceso. Sin embargo, la Fiscalía ha presentado pruebas que, según su criterio, demuestran la existencia de irregularidades en la contratación y la entrega de las pruebas.
El caso ha suscitado un amplio debate en la sociedad ecuatoriana, donde la corrupción en la gestión pública ha sido un tema recurrente. La pandemia de Covid-19, que ya había puesto a prueba la capacidad del sistema de salud, se ha visto acompañada por denuncias de corrupción que han afectado la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Este juicio no solo es relevante por las implicaciones legales para los acusados, sino también por su impacto en la percepción pública sobre la transparencia y la rendición de cuentas en la administración pública.
A medida que avanza el juicio, se espera que se presenten más testimonios y evidencias que puedan influir en la decisión final del tribunal. La reinstalación de la audiencia marca un nuevo capítulo en un proceso que ha estado lleno de obstáculos y que ha captado la atención de la opinión pública. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante en la lucha contra la corrupción en el país, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones es fundamental para la recuperación post-pandemia.
El caso de Jorge Yunda es un recordatorio de la importancia de la transparencia en la gestión pública, especialmente en momentos de crisis. La ciudadanía espera que la justicia prevalezca y que se tomen decisiones que no solo sancionen a los culpables, sino que también fortalezcan la confianza en el sistema judicial y en las instituciones del país. La audiencia del 22 de septiembre es solo una de las muchas etapas que quedan por delante en este largo proceso judicial, que seguirá siendo objeto de seguimiento y análisis por parte de la sociedad ecuatoriana.