En un giro inesperado hacia el futuro, Albania ha dado un paso audaz al nombrar a Diella, una ministra creada con inteligencia artificial, como responsable de las adquisiciones públicas del país. Este acontecimiento ha suscitado tanto admiración como rechazo, reflejando la polarización que la tecnología puede generar en la política contemporánea. Diella, cuyo nombre significa ‘sol’ en albanés, fue presentada oficialmente el 12 de septiembre de 2025, y desde entonces ha captado la atención de medios y ciudadanos por igual.
La designación de Diella se produce en un contexto donde Albania ha enfrentado históricamente problemas de corrupción que han obstaculizado su integración en la Unión Europea. La llegada de una figura virtual a un cargo gubernamental ha sido interpretada por algunos como una estrategia para combatir la corrupción y modernizar la administración pública. Sin embargo, otros ven en esta decisión una mera propaganda política, cuestionando la efectividad y la ética de tener una inteligencia artificial en un puesto de tal relevancia.
### La Reacción del Público y la Oposición
Desde su creación, Diella ha generado un aluvión de reacciones en las redes sociales. En Facebook, donde cuenta con más de 2,100 seguidores, muchos usuarios han expresado su apoyo y han planteado preguntas sobre la administración pública. Sin embargo, la oposición política no ha tardado en manifestar su descontento. Gazment Bardhi, un parlamentario del Partido Democrático, ha calificado a Diella como una «fantasía de la propaganda», argumentando que la corrupción y el crimen organizado siguen siendo problemas reales en el país.
El ex primer ministro Sali Berisha también ha cuestionado la decisión de permitir que una inteligencia artificial tenga voz en el Parlamento, planteando la inquietud sobre quién supervisará a Diella en su función. Durante su discurso inaugural, Diella se defendió de las críticas, afirmando que su existencia no busca reemplazar a los humanos, sino ayudarles. «No estoy aquí para reemplazar a los humanos, sino para ayudarlos», declaró en un video que fue transmitido a los legisladores.
La controversia no se limita a la política. La idea de una ministra virtual ha suscitado debates éticos sobre el uso de la inteligencia artificial en la gobernanza. Algunos expertos advierten que la implementación de IA en el sector público podría llevar a decisiones automatizadas que carezcan de la empatía y el juicio humano necesarios en la administración pública. Sin embargo, otros argumentan que la IA puede ser una herramienta valiosa para mejorar la eficiencia y la transparencia en la gestión gubernamental.
### La Función de Diella y su Impacto en la Administración Pública
Diella no es un concepto completamente nuevo para los albaneses. Desde enero de 2025, ya había estado presente en el portal gubernamental e-Albania como asistente virtual, ayudando a los ciudadanos con diversas consultas y trámites. En su discurso, Diella destacó que había tenido 972,000 interacciones con ciudadanos y había emitido 36,000 documentos con sello digital, lo que demuestra su capacidad para interactuar con la población de manera efectiva.
A pesar de las críticas, el gobierno de Edi Rama ha defendido la decisión de integrar a Diella en su administración, argumentando que su presencia puede contribuir a una mayor transparencia en las adquisiciones públicas, un área que ha sido históricamente vulnerable a la corrupción. La idea es que, al ser una entidad virtual, Diella no se verá influenciada por intereses políticos o económicos, lo que podría ayudar a reducir la corrupción en este sector.
Sin embargo, la implementación de una ministra virtual plantea preguntas sobre la regulación y el control de la inteligencia artificial en el ámbito gubernamental. La oposición ha exigido claridad sobre cómo se supervisará a Diella y qué mecanismos se establecerán para garantizar que su uso sea ético y responsable. En este sentido, el debate sobre la inteligencia artificial en la política no solo se centra en la figura de Diella, sino también en la necesidad de establecer marcos legales y éticos que guíen su uso en el futuro.
La llegada de Diella a la política albanesa es un claro reflejo de cómo la tecnología está transformando el panorama gubernamental en todo el mundo. A medida que más países exploran la posibilidad de integrar la inteligencia artificial en sus estructuras de poder, el caso de Albania podría servir como un modelo o una advertencia sobre los desafíos y oportunidades que esta tendencia conlleva. La historia de Diella es, sin duda, un capítulo fascinante en la evolución de la política moderna, donde la línea entre lo humano y lo artificial se vuelve cada vez más difusa.