La reciente propuesta de Asamblea Constituyente presentada por el presidente Daniel Noboa ha generado un intenso debate en el ámbito político ecuatoriano. Este anuncio, realizado el 17 de septiembre de 2025, ha suscitado reacciones tanto de apoyo como de crítica, reflejando la polarización que caracteriza la política del país. Noboa argumenta que esta iniciativa es un paso necesario para superar los bloqueos impuestos por la Corte Constitucional y devolver el poder al pueblo. Sin embargo, la oposición, especialmente los legisladores correístas, han cuestionado la efectividad de esta medida en medio de una crisis de salud y otros problemas sociales que aquejan a Ecuador.
La propuesta de Noboa se enmarca en un contexto de creciente tensión política y social. En su comunicado, el presidente acusó a la Corte Constitucional de actuar con «activismo político» al bloquear preguntas que buscaba incluir en una consulta popular prevista para noviembre. Según Noboa, la Asamblea Constituyente es una vía para «sacar al país del secuestro institucional» y permitir que el pueblo defina las reglas de un nuevo Ecuador. Esta visión fue respaldada por el presidente de la Asamblea, Niels Olsen, quien enfatizó que el cambio elegido por los ecuatorianos no puede ser frenado por estructuras obsoletas.
Por otro lado, la oposición correísta ha reaccionado con escepticismo. Legisladores como Raúl Chávez y Fernando Molina han expresado su preocupación de que la convocatoria a una Constituyente no aborde los problemas urgentes que enfrenta el país, como la crisis en el sistema de salud. Chávez, en particular, destacó que aunque están dispuestos a ir a las urnas, los problemas de salud no se resolverán con una nueva Constitución. Esta crítica se ve reforzada por casos recientes de precariedad hospitalaria, que han dejado a muchos pacientes en situaciones críticas.
La polarización en torno a la propuesta de Noboa también se refleja en las redes sociales, donde el expresidente Rafael Correa se sumó al debate, instando a que la Constituyente se realice «sin trampas». Correa, quien ha sido una figura central en la política ecuatoriana, argumentó que la actual Constitución es una de las mejores del mundo, aunque siempre puede ser actualizada. Sin embargo, su enfoque se centra en la necesidad de un cambio de gobierno, sugiriendo que la propuesta de Noboa es más una estrategia política que una solución real a los problemas del país.
La propuesta de Asamblea Constituyente plantea varias preguntas sobre el proceso y los plazos involucrados. Según el asambleísta Esteban Torres, el Ejecutivo ha optado por agotar primero las vías institucionales antes de avanzar hacia una Constituyente. Sin embargo, esto depende de un dictamen de la Corte Constitucional, lo que añade una capa de incertidumbre al proceso. La Corte ha sido objeto de críticas por su papel en la política ecuatoriana, y su decisión sobre la propuesta de Noboa será crucial para determinar el futuro del país.
En medio de este debate, la situación en los hospitales de Ecuador sigue siendo alarmante. La falta de insumos y la precariedad en la atención médica han llevado a protestas y han sido un punto focal de las críticas hacia el gobierno de Noboa. La muerte de pacientes debido a la falta de atención adecuada ha puesto de relieve la urgencia de abordar estos problemas antes de considerar cambios constitucionales. La oposición ha utilizado estos casos para argumentar que la propuesta de Noboa es una distracción de los problemas reales que enfrenta la ciudadanía.
El anuncio de la Asamblea Constituyente también se produce en un contexto de protestas sociales, especialmente tras la eliminación del subsidio al diésel, que ha afectado a muchos ecuatorianos. Este clima de descontento social podría influir en la percepción pública de la propuesta de Noboa y en la respuesta de la Corte Constitucional. La capacidad del gobierno para manejar estas tensiones será fundamental para su legitimidad y para el éxito de cualquier iniciativa que busque cambiar la estructura política del país.
A medida que avanza el debate sobre la Asamblea Constituyente, es evidente que Ecuador se encuentra en un momento crítico de su historia política. La interacción entre el oficialismo y la oposición, así como la respuesta de la ciudadanía a estas propuestas, determinarán el rumbo del país en los próximos meses. La propuesta de Noboa no solo busca cambiar la Constitución, sino que también refleja una lucha más amplia por el poder y la dirección futura de Ecuador.