Ecuador se encuentra en un momento crucial en su camino hacia el Mundial 2026, y su director técnico, Sebastián Beccacece, ha compartido sus pensamientos y estrategias en una reciente entrevista. Con la mirada puesta en los dos últimos partidos de las Eliminatorias, el equipo necesita sumar puntos ante Paraguay y Argentina para mejorar su posición en el sorteo del Mundial. Beccacece, conocido por su enfoque reflexivo y analítico, ha expresado su deseo de que Ecuador logre «hacer el mejor Mundial de su historia». Sin embargo, para alcanzar este objetivo, enfatiza la importancia de construir una selección fuerte y flexible, capaz de adaptarse a diferentes circunstancias y que conecte con la afición.
### La importancia del proceso y la adaptación
Beccacece ha subrayado que el éxito no se logra de la noche a la mañana. En su opinión, es fundamental disfrutar del proceso y valorar cada etapa del camino hacia el Mundial. «Hay que darse el tiempo y hacer espacio para valorar el proceso, disfrutarlo y sentirlo», afirma. Este enfoque no solo se aplica a los jugadores, sino también a la afición ecuatoriana, que debe aprender a vivir el presente y no dejarse llevar por la ansiedad de los resultados futuros.
El director técnico también ha abordado el tema de los cambios en el mercado de pases y su impacto en la selección. «Nosotros hacemos un seguimiento constante de la actualidad de los chicos, pero el tiempo me enseñó a comprender esta incertidumbre que generan los cambios», explica. Beccacece cree que lo más importante es que los futbolistas se sientan plenos en sus clubes, ya que esto se traduce en un mejor rendimiento en la selección. La distancia geográfica o la liga en la que juegan no deberían ser un impedimento para su inclusión en el equipo nacional.
### Reflexiones sobre el talento joven y la presión del Mundial
Uno de los temas más destacados en la conversación fue el caso de Darwin Guagua, un joven talento que ha llamado la atención por su desempeño en el fútbol ecuatoriano. Beccacece ha defendido su decisión de convocar a Guagua, argumentando que su rendimiento en el club justifica su inclusión en la selección. «Hoy lo que percibo es que el mundo del fútbol ecuatoriano ha observado a través de los partidos que ha tenido Darwin Guagua que es un jugador con potencial», señala. Esta apertura hacia los jóvenes talentos es un aspecto clave de su filosofía como entrenador.
Sin embargo, Beccacece también es consciente de la presión que conlleva representar a Ecuador en un Mundial. Reconoce que la expectativa puede ser abrumadora, pero enfatiza la importancia de centrarse en el funcionamiento del equipo y en el juego en sí. «La verdadera energía tiene que estar puesta en el funcionamiento y en el grupo», dice. Para él, el éxito no se mide solo en resultados, sino en el crecimiento y la evolución del equipo a lo largo del tiempo.
A medida que se acerca el Mundial, Beccacece se muestra optimista pero cauteloso. Asegura que el objetivo es pasar los octavos de final, pero también reconoce que la creatividad y el disfrute del juego son fundamentales para alcanzar este objetivo. «Cargar de responsabilidad y de obligación limita la creatividad», explica. Su enfoque es claro: disfrutar del proceso y aprender de cada experiencia, incluso de las derrotas.
Ecuador está en un camino emocionante hacia el Mundial 2026, y con un director técnico como Sebastián Beccacece al mando, el equipo tiene la oportunidad de construir una historia memorable en el escenario mundial. La combinación de talento joven, experiencia y un enfoque reflexivo podría ser la clave para que Ecuador brille en el próximo torneo internacional.