El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, enfrenta un importante reto en su gestión: la presentación de la proforma del Presupuesto General del Estado (PGE) para el año 2025. Este documento, que debe ser entregado a la Asamblea Nacional antes del 24 de agosto de 2025, es crucial para definir las políticas económicas y fiscales del país en un contexto de incertidumbre y desafíos económicos.
La Ley Orgánica de la Función Legislativa establece un plazo de 90 días para que el mandatario presente la proforma presupuestaria una vez asumido el cargo. Noboa, quien fue posesionado el 24 de mayo de 2025, debe cumplir con este requisito en un momento en que el país atraviesa una situación económica compleja, marcada por un gasto público elevado y la necesidad de ajustar las proyecciones fiscales a la realidad actual.
### Contexto Económico y Necesidades del Presupuesto
El Presupuesto General del Estado es un documento fundamental que refleja los ingresos, gastos, desembolsos y pagos de deudas del Gobierno Central. En el caso de Ecuador, el gasto público supera los USD 2.000 millones anuales en bienes y servicios, lo que plantea un desafío significativo para la sostenibilidad fiscal del país. En 2024, el presupuesto contemplaba gastos por USD 23.088 millones e ingresos por USD 25.621 millones, sin contar el endeudamiento.
La situación se complica aún más debido a que el gobierno de Noboa ha estado operando con una «proforma prorrogada», utilizando los mismos datos del año fiscal anterior. Esto significa que, a pesar de haber transcurrido más de la mitad de 2025, el gobierno aún no ha ajustado sus proyecciones a las nuevas realidades económicas y sociales del país. La proforma que se debe presentar debe incluir cifras más acordes a la situación actual, considerando factores como el aumento de ingresos por la nueva tasa minera y los gastos adicionales derivados de programas sociales como «Jóvenes en Acción».
Además, el presupuesto prorrogado contemplaba una emisión de deuda en bonos por USD 1.500 millones que no se concretará este año. Por lo tanto, la nueva proforma debe reflejar los recursos adicionales que Ecuador recibirá, especialmente en el contexto del aumento del crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI).
### Desafíos y Oportunidades en la Gestión Fiscal
La gestión fiscal de Noboa se enfrenta a múltiples desafíos, pero también presenta oportunidades. Uno de los principales retos es equilibrar el gasto público con los ingresos, especialmente en un año electoral donde las expectativas de la ciudadanía son altas. La proforma presupuestaria no solo debe ser un reflejo de la situación actual, sino que también debe proyectar un plan económico que permita al país avanzar hacia la sostenibilidad fiscal.
El plan económico de Noboa, que se espera que genere más de USD 500 millones al año, será crucial para enfrentar el déficit presupuestario. Sin embargo, la pregunta que surge es si esta cantidad será suficiente para cubrir el millonario gasto público que enfrenta el país. La respuesta a esta interrogante dependerá de la capacidad del gobierno para implementar reformas efectivas y gestionar los recursos de manera eficiente.
Además, la proforma debe contemplar la posibilidad de ajustes en los subsidios y otros gastos que han sido objeto de debate en la sociedad ecuatoriana. La necesidad de un enfoque más sostenible y responsable en la gestión de los recursos públicos es cada vez más evidente, y la proforma que se presente debe reflejar esta realidad.
En este contexto, la participación de la Asamblea Nacional será fundamental. Los legisladores tendrán la responsabilidad de evaluar y aprobar la proforma presentada por el Ejecutivo, lo que implica un proceso de negociación y consenso que puede ser complicado, especialmente en un entorno político polarizado.
La proforma presupuestaria de Noboa no solo será un documento técnico, sino que también será un reflejo de su visión política y económica para el país. La forma en que se aborden los desafíos fiscales y se aprovechen las oportunidades económicas determinará el rumbo de Ecuador en los próximos años. La capacidad del gobierno para gestionar estos aspectos será clave para garantizar la estabilidad y el crecimiento económico del país en un entorno cada vez más desafiante.