El Hospital Vicente Corral Moscoso, ubicado en Cuenca, enfrenta una crisis sin precedentes que afecta tanto a pacientes como a personal médico. Con un aumento constante en la demanda de atención médica, los recursos disponibles no han crecido en la misma proporción, lo que ha llevado a una situación insostenible. En 2025, el presupuesto del hospital sufrió un recorte del 12% en comparación con el año anterior, lo que ha exacerbado los problemas existentes.
### Saturación y Falta de Recursos
Desde hace meses, el hospital ha sido objeto de críticas por la saturación de sus instalaciones y la falta de insumos básicos. Con una población de 1,4 millones de personas a su cargo, el Vicente Corral Moscoso recibe diariamente un promedio de 700 pacientes en consulta externa y 400 en emergencias. Sin embargo, la infraestructura del hospital no ha sido ampliada ni modernizada en años, lo que ha llevado a que los pasillos estén constantemente llenos de pacientes que esperan atención.
Los médicos y enfermeras del hospital enfrentan una sobrecarga laboral significativa. Según testimonios de trabajadores, una sola enfermera se ve obligada a atender entre 15 y 20 pacientes a la vez, lo que pone en riesgo tanto la calidad de la atención como la salud del personal. Además, muchos médicos viven con el temor de ser despedidos, lo que añade un nivel de estrés adicional a su ya complicada labor.
La falta de medicamentos es otro de los problemas críticos. Aunque el gerente del hospital, José Arias, ha afirmado que el abastecimiento de medicinas está en un 80%, muchos pacientes se ven obligados a comprar medicamentos por su cuenta, ya que ciertos fármacos del cuadro básico no están disponibles. Esta situación se agrava por las demoras en la entrega de insumos por parte de los proveedores, lo que genera un círculo vicioso de desabastecimiento.
### Equipos Dañados y Precarización Laboral
La situación de los equipos médicos en el Vicente Corral Moscoso también es alarmante. Personal del hospital ha reportado que varios equipos, como los endoscopios y colonoscopios, están fuera de servicio desde hace meses. Esta falta de tecnología médica adecuada limita la capacidad del hospital para realizar procedimientos esenciales y afecta directamente la atención al paciente.
La precarización laboral es otro aspecto preocupante. Muchos de los servicios de limpieza y seguridad han sido tercerizados, lo que ha llevado a que el personal no reciba su salario durante meses. Esta situación ha generado un ambiente de trabajo tenso y ha afectado la moral del personal, que ya se enfrenta a condiciones difíciles.
Los reclamos de los usuarios son constantes. Pacientes y familiares expresan su frustración por la falta de medicamentos y los largos tiempos de espera para recibir atención. Un caso reciente involucró a una familia que tuvo que esperar más de una semana para que un familiar con una inflamación grave en la próstata recibiera la atención necesaria. A pesar de que se les proporcionaron medicamentos, algunos de los más necesarios no estaban disponibles, obligándolos a comprarlos por su cuenta.
La crisis en el Hospital Vicente Corral Moscoso no es un fenómeno aislado. A nivel nacional, los hospitales de Ecuador enfrentan problemas similares, con recortes presupuestarios que han llevado a una escasez generalizada de recursos. En 2024, el presupuesto para la salud se redujo en USD 260 millones, y para 2025 se prevé una disminución adicional de USD 161 millones. Esta tendencia ha llevado a una inestabilidad en el Ministerio de Salud, que ha visto pasar a cinco ministros en un período de un año y ocho meses.
El futuro del Hospital Vicente Corral Moscoso es incierto. A medida que la demanda de atención médica sigue creciendo, la falta de recursos y la infraestructura deteriorada plantean serios desafíos para la salud pública en la región. La comunidad y los trabajadores del hospital continúan exigiendo cambios y mejoras, pero hasta ahora, las respuestas han sido insuficientes. La situación actual es un claro reflejo de la crisis sanitaria que enfrenta Ecuador, donde la salud de la población se ve comprometida por decisiones políticas y económicas que priorizan el recorte de gastos sobre el bienestar de los ciudadanos.
