La jornada electoral en Bolivia ha comenzado con un ambiente de tensión y controversia. Este 17 de agosto de 2025, los ciudadanos se dirigen a las urnas para elegir al presidente, vicepresidente y renovar el Parlamento para el periodo 2025-2030. Sin embargo, el proceso no está exento de polémicas, especialmente en lo que respecta al uso de teléfonos móviles durante la votación. El Tribunal Electoral ha recomendado a los votantes no portar sus dispositivos móviles al momento de sufragar, tras recibir denuncias de que algunos funcionarios estaban siendo presionados para votar por candidatos específicos y demostrarlo mediante fotografías de sus papeletas.
La apertura de las mesas electorales se realizó a las 08:00 y se extenderá hasta las 16:00, con un total de 204.156 jurados supervisando 34.026 mesas en todo el país. Óscar Hassenteufel, presidente en funciones del Tribunal Supremo Electoral (TSE), destacó la importancia de este proceso, señalando que no solo se trata de elegir a los nuevos líderes, sino que coincide con la celebración del bicentenario de la Independencia de Bolivia, un evento que añade un peso simbólico a la jornada electoral.
### Desafíos y Tensión en el Proceso Electoral
El camino hacia estas elecciones no ha sido fácil. Hassenteufel reconoció que el proceso electoral ha enfrentado múltiples dificultades, incluso más que las elecciones de 2020, que ya estaban marcadas por la pandemia de COVID-19 y las tensiones políticas que surgieron tras los fallidos comicios de 2019. La sociedad boliviana se encuentra en un estado de multipolarización, donde diferentes grupos y poderes fácticos han intentado influir en el desarrollo del proceso electoral. A pesar de estos desafíos, el TSE ha defendido su independencia y ha trabajado para garantizar elecciones justas y transparentes.
En total, 7.567.207 ciudadanos mayores de 18 años están habilitados para votar, y otros 369.308 lo harán desde el exterior, aunque estos últimos solo podrán elegir al binomio presidencial. Es importante mencionar que el voto en Bolivia es obligatorio, y los ciudadanos deben presentar un certificado de sufragio para realizar trámites en instituciones públicas y bancarias en los 90 días posteriores a las elecciones.
El TSE ha implementado el Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (Sirepre), que, junto con el cómputo oficial, busca evitar denuncias de fraude o manipulación de resultados. Además, 14 misiones internacionales de observación electoral están presentes, siendo la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos las más destacadas, junto con cinco delegaciones nacionales que vigilan el proceso.
### Recomendaciones y Normativas para la Votación
En la víspera de las elecciones, el TSE emitió una recomendación crucial: los votantes no deben llevar teléfonos móviles al recinto electoral. Esta medida surge a raíz de las denuncias de coerción en algunas instituciones estatales, donde se alegó que los funcionarios eran obligados a votar por candidatos específicos y a demostrarlo con fotografías de sus papeletas, bajo la amenaza de despidos. Esta situación ha generado preocupación entre la ciudadanía, que teme por la integridad del proceso electoral.
El TSE ha aclarado que, una vez finalizada la votación, el escrutinio es un acto público, permitiendo a los ciudadanos tomar fotografías de las actas. Esta transparencia es fundamental para asegurar la confianza en el proceso electoral y para que los ciudadanos puedan verificar que sus votos han sido contabilizados correctamente.
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener más del 50% de los votos o al menos el 40% con una diferencia de diez puntos sobre el segundo. Este umbral es crucial para evitar una segunda vuelta, que podría complicar aún más el panorama político en un país ya polarizado.
La jornada electoral de hoy no solo es un momento decisivo para el futuro político de Bolivia, sino que también refleja las tensiones sociales y políticas que han caracterizado al país en los últimos años. Con un ambiente de vigilancia internacional y un TSE decidido a mantener la transparencia, los bolivianos se preparan para ejercer su derecho al voto en un contexto de incertidumbre y expectativas.