La situación vial en Guayaquil se ha convertido en un tema de creciente preocupación para los ciudadanos y las autoridades locales. La falta de provisión estatal de asfalto ha desnudado una crisis que afecta a miles de vehículos que transitan diariamente por las principales vías de acceso a la ciudad. En particular, la avenida Samborondón, que conecta Guayaquil con los cantones aledaños, se ha visto gravemente afectada, generando embotellamientos y retrasos significativos en los tiempos de traslado.
**Causas de la Crisis Vial**
Desde mayo de 2025, la interrupción en el suministro de asfalto desde la Refinería de Esmeraldas ha sido un factor determinante en la crisis vial que enfrenta Guayaquil. Este desabastecimiento ha postergado la finalización de la reestructuración integral de 10,5 kilómetros de la vía a Samborondón, que originalmente debía concluir en agosto de 2025. La falta de asfalto ha llevado a que solo un 30% de las obras de asfaltado previstas para el año se hayan completado, lo que ha resultado en calles rotas y obras paralizadas en diversas zonas de la ciudad.
La situación se ha vuelto crítica, con 120.000 vehículos enfrentando embotellamientos en la vía a Samborondón, un corredor vital que conecta Guayaquil con Durán, Daule y Salitre. La congestión es especialmente evidente en la parroquia La Puntilla, donde el crecimiento urbanístico ha sido exponencial en los últimos años. Con más de 200 urbanizaciones y un aumento del 7% anual en el parque automotor, la infraestructura vial no ha crecido al mismo ritmo, lo que ha exacerbado el problema.
El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, ha señalado que la paralización de 49 frentes de trabajo ha afectado a 104 calles en diferentes sectores de la ciudad. La negativa del Servicio Nacional de Contratación Pública para permitir la importación de asfalto ha complicado aún más la situación, dejando a las autoridades locales sin opciones para mitigar el impacto de la crisis.
**Impacto en la Vida Cotidiana de los Ciudadanos**
Los ciudadanos de Guayaquil están sintiendo el impacto de esta crisis en su vida diaria. Moradores de urbanizaciones como Ciudad Celeste han reportado que los tiempos de traslado se han duplicado, con trayectos que antes tomaban 30 minutos ahora extendiéndose a más de una hora. La congestión en la salida de este sector es un reflejo de la falta de alternativas viales que descongestionarían el flujo vehicular.
Carlos González, un residente de Durán, ha compartido su experiencia, indicando que la congestión en la avenida Nicolás Lapentti ha obligado a los conductores a salir de casa mucho más temprano. La incorporación de la avenida Samborondón al Puente de la Unidad Nacional ha creado un cuello de botella que agrava la situación. La reestructuración de la avenida, que incluye la ampliación a cinco carriles, es crucial para mejorar el flujo vehicular, pero su avance depende del suministro regular de asfalto.
La falta de infraestructura adecuada no solo afecta a los conductores, sino que también tiene repercusiones en la economía local. Los embotellamientos prolongados generan pérdidas de tiempo y recursos, afectando la productividad de los trabajadores y el comercio local. Además, la saturación vial puede desincentivar la inversión en nuevas empresas y proyectos inmobiliarios, lo que a su vez podría limitar el crecimiento económico de la región.
**Propuestas para Solucionar la Crisis**
Expertos en transporte han comenzado a plantear soluciones para abordar la crisis vial en Guayaquil. Alejandro Chanabá, docente de la Escuela Politécnica del Litoral, ha sugerido que el problema de saturación no se limita a la falta de asfalto, sino que es un problema estructural que requiere una planificación a largo plazo. La implementación de un sistema de transporte público masivo, tanto terrestre como fluvial, podría ser una alternativa viable para reducir la dependencia del transporte privado y descongestionar las vías.
Además, es fundamental que las autoridades locales desarrollen nuevas obras de infraestructura que enlacen los cantones de la región metropolitana. La expansión de la red vial y la mejora de la conectividad entre Guayaquil y sus alrededores son esenciales para enfrentar el crecimiento poblacional y del parque automotor.
La crisis del asfalto en Guayaquil es un reflejo de la necesidad de una planificación urbana más efectiva y de una respuesta rápida y coordinada por parte de las autoridades. La situación actual no solo afecta la movilidad de los ciudadanos, sino que también pone en riesgo el desarrollo económico y social de la región. Sin una solución integral, la congestión vial seguirá siendo un desafío que los guayaquileños deberán enfrentar en su vida cotidiana.