La ciudad de Manta, en la provincia de Manabí, Ecuador, ha sido escenario de una alarmante ola de violencia que ha cobrado la vida de dos agentes de tránsito en un corto lapso de tiempo. Este trágico suceso, ocurrido el 14 de agosto de 2025, resalta la creciente inseguridad que enfrenta la región, marcada por la actividad de bandas criminales y un estado de excepción que busca contener la crisis.
### Asesinatos de Agentes de Tránsito
Los agentes de tránsito David Isaac Yánez Velasco, de 27 años, y Reinaldo Morán fueron asesinados en incidentes separados que ocurrieron en menos de cinco horas. El primer ataque tuvo lugar alrededor de las 6:00 a.m. en el barrio Costa Azul, donde Yánez fue interceptado por un grupo armado mientras se desplazaba en su vehículo. Los atacantes dispararon al menos diez veces, dejando al agente gravemente herido. A pesar de los esfuerzos de los servicios de emergencia, Yánez no pudo sobrevivir a las heridas infligidas.
Poco después, cerca de las 11:00 a.m., otro ataque se registró en el sector Nuevo Tarqui, un área comercial de contenedores. En este caso, Reinaldo Morán también fue víctima de un ataque armado, lo que eleva la cifra de funcionarios de tránsito asesinados en Manta a 14 desde 2022. Este patrón de violencia ha generado una profunda preocupación entre los ciudadanos y las autoridades locales, quienes se enfrentan a un entorno cada vez más peligroso.
La respuesta de las autoridades no se ha hecho esperar. La Policía Nacional ha desplegado unidades de Criminalística y Dinased para investigar los crímenes, y se han encontrado evidencias que sugieren que los atacantes utilizaron un vehículo que fue hallado en llamas cerca de la escena del primer asesinato. Este tipo de tácticas, que incluyen el uso de vehículos para escapar, son características de las operaciones de bandas organizadas que operan en la región.
### Contexto de Inseguridad en Manabí
La situación de violencia en Manta no es un fenómeno aislado. La provincia de Manabí ha visto un aumento significativo en las muertes violentas, con más de 300 casos reportados en lo que va del año 2025. Este incremento se atribuye en gran parte a la lucha entre bandas criminales que buscan el control territorial y el tráfico de drogas. La presencia de grupos como los Choneros y los Lobos ha intensificado la rivalidad y, por ende, la violencia en las calles.
El estado de excepción declarado por el gobierno busca mitigar esta crisis, pero los resultados han sido limitados. La intervención del Gobierno en la Empresa Pública Municipal Movilidad de Manta, que gestiona el tránsito y la seguridad vial, es un intento de controlar la infiltración del crimen organizado en las instituciones locales. Sin embargo, la efectividad de estas medidas es cuestionada por muchos ciudadanos que sienten que la seguridad sigue siendo una preocupación constante.
La comunidad de Manta se encuentra en un estado de alerta, con la población demandando respuestas y soluciones efectivas a la creciente violencia. La falta de seguridad ha llevado a un clima de miedo, donde los ciudadanos temen por su vida y la de sus seres queridos. Las autoridades locales están bajo presión para implementar estrategias que no solo aborden los crímenes violentos, sino que también prevengan futuros ataques y restauren la confianza de la población en la seguridad pública.
La situación en Manta es un reflejo de un problema más amplio que afecta a varias regiones de Ecuador, donde el crimen organizado ha tomado un papel protagónico en la vida cotidiana. La lucha contra la violencia y la criminalidad requiere un enfoque integral que incluya no solo la respuesta policial, sino también programas de prevención y rehabilitación que aborden las causas subyacentes de la violencia.
Mientras tanto, la comunidad de Manta llora la pérdida de sus agentes de tránsito, quienes arriesgaron sus vidas para mantener el orden y la seguridad en las calles. La memoria de Yánez y Morán se convierte en un símbolo de la lucha contra la impunidad y la violencia que afecta a tantas familias en la región. La esperanza es que, a través de un esfuerzo conjunto, se pueda restaurar la paz y la seguridad en Manta y en toda la provincia de Manabí.