El Palacio de Cristal, una de las joyas arquitectónicas de Guayaquil, fue el escenario perfecto para la unión de Marcela Aguiñaga, la prefecta del Guayas, y el empresario Mauricio Guim. Este evento, que tuvo lugar el 9 de agosto de 2025, no solo fue un matrimonio, sino una celebración de la identidad cultural ecuatoriana, donde cada detalle estuvo cuidadosamente planeado para reflejar las tradiciones y la riqueza del Guayas.
La ceremonia comenzó a las 17:00 y fue oficiada por el viceprefecto Carlos Serrano Bonilla, un amigo cercano de la pareja. Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue la entrada de Patria, la perrita rescatada por Aguiñaga en 2023, quien llevó la canasta con los anillos. Este gesto no solo mostró el amor de la pareja por los animales, sino que también añadió un toque personal y entrañable a la celebración.
La decoración del evento fue obra de Julio Tomalá, quien logró combinar la elegancia contemporánea con elementos típicos de Guayaquil, utilizando flores y texturas locales que realzaron el ambiente festivo. El vestuario de Patria y de la corte fue confeccionado por Bazar Suizo, lo que demostró un compromiso con la moda local y el talento ecuatoriano.
### Un Menú que Rinde Homenaje a la Gastronomía Local
El menú de la boda fue un verdadero homenaje a la gastronomía ecuatoriana, incorporando ingredientes como cacao, banano y camarones, además de un toque de la herencia asiática del novio. Este enfoque en la cocina local no solo deleitó a los invitados, sino que también buscó educar sobre la riqueza culinaria del país. Entre los detalles más originales se incluyó un espacio para la elaboración artesanal de habanos y chocolates, que fueron obsequiados a los asistentes como un recuerdo especial de la celebración.
La novia, Marcela Aguiñaga, deslumbró con un vestido diseñado por Kate Griffith, adornado con orquídeas ecuatorianas bordadas y una semicola, optando por no llevar el tradicional velo. Su maquillaje fue realizado por Luly Prado, mientras que la cobertura fotográfica estuvo a cargo de Mariuxi Pogo, quien capturó cada instante significativo de la ceremonia y la recepción.
La planificación integral del evento fue dirigida por Susana Noboa, una reconocida wedding planner que se encargó de que cada detalle estuviera a la altura de las expectativas de los novios. La música fue otro aspecto destacado de la celebración, con la banda Rewind y el grupo Montuno animando la pista de baile, además de un set especial de reguetón en honor a la afición de Marcela por la música de Karol G. Canciones como ‘Papacito’ y ‘Las +593’ fueron parte del repertorio que mantuvo a los invitados en movimiento durante toda la noche.
Entre los asistentes se encontraban figuras políticas y autoridades, como Pabel Muñoz, alcalde de Quito, y Mabel Tenezaca, alcaldesa de El Triunfo, quienes se unieron a la celebración de esta unión. La torta, de estilo tradicional, fue un homenaje a los sabores que, según la propia prefecta, “ya no se estilan, pero yo quería que mi cake sea cake de novia”. Este detalle refleja la importancia de mantener vivas las tradiciones en un mundo que avanza rápidamente hacia la modernidad.
### Un Recuerdo de la Riqueza Cultural del Guayas
Más allá de la celebración, Marcela Aguiñaga expresó su deseo de que los asistentes se llevaran un recuerdo de la riqueza cultural del Guayas. “Que digan: ‘Qué rico, no sabía que esto tenía el Guayas’”, comentó, enfatizando su intención de mostrar lo mejor de su tierra natal. La boda fue una fiesta donde el orgullo local y la tradición familiar se encontraron con un aire cosmopolita, creando un ambiente único y especial.
La atención al detalle y la dedicación en la planificación hicieron de esta boda un evento memorable, donde cada elemento, desde la decoración hasta la música, estuvo diseñado para celebrar no solo la unión de dos personas, sino también la cultura y la identidad de una región rica en tradiciones. Los invitados disfrutaron de una experiencia que va más allá de lo visual y lo gustativo, convirtiéndose en un verdadero viaje a través de la cultura ecuatoriana.
Los lectores podrán disfrutar de una fotogalería exclusiva que captura los momentos más destacados de la ceremonia y la recepción, desde la entrada de Marcela junto a su padre hasta el primer baile de los recién casados. Esta boda no solo fue un evento social, sino un testimonio del amor y la cultura que define al Guayas.