En el contexto político actual de Ecuador, el presidente Daniel Noboa ha decidido someter a consulta popular la posibilidad de autorizar los casinos en el país. Esta no es la primera vez que Noboa aborda este tema; ya en enero de 2024 había presentado una propuesta similar que fue retirada posteriormente. Sin embargo, el 5 de agosto de 2025, el mandatario presentó siete preguntas tentativas para un nuevo referendo, entre las cuales se incluye la autorización de salas de juego y casinos en hoteles de lujo.
La propuesta de Noboa plantea que los casinos solo puedan operar en hoteles categorizados con cinco estrellas, y que un 25% de sus ingresos se destinen a programas sociales, específicamente para combatir la desnutrición crónica infantil y mejorar la alimentación escolar. Esta iniciativa ha generado un amplio debate en la sociedad ecuatoriana, donde la historia de los casinos está marcada por la prohibición y la controversia.
### Un Contexto de Prohibiciones y Oportunidades
La historia de los casinos en Ecuador es compleja. En 2012, durante el gobierno del expresidente Rafael Correa, se prohibieron los juegos de azar mediante un referendo. Esta decisión fue justificada por el argumento de que las apuestas deterioran la moral de la sociedad, generan deudas ilegales y son utilizadas para el lavado de dinero. Desde entonces, diversos sectores, especialmente el gremio turístico, han intentado revivir la industria del juego, argumentando que la prohibición ha llevado a la pérdida de miles de empleos y ha afectado la economía local.
En su primera propuesta de consulta popular, Noboa argumentó que la prohibición de los casinos había resultado en la pérdida de aproximadamente 250,000 empleos. Sin embargo, la pregunta fue retirada del listado debido a la preocupación por el contexto de crimen organizado y lavado de activos que afecta al país. En esta nueva propuesta, el presidente busca presentar la autorización de casinos de una manera que, según él, beneficiaría a la sociedad al destinar parte de los ingresos a programas sociales.
La propuesta ha sido respaldada por la vicepresidenta y varios ministros, quienes consideran que la consulta popular es una oportunidad para que los ciudadanos decidan sobre un tema que ha estado en el debate público durante años. Sin embargo, la oposición también ha levantado su voz, argumentando que la legalización de los casinos podría traer consigo un aumento en los problemas sociales relacionados con la ludopatía y el crimen.
### La Reacción de la Sociedad y el Futuro de los Casinos
La reacción de la sociedad ecuatoriana ante la propuesta de Noboa ha sido variada. Por un lado, hay quienes ven la posibilidad de reabrir los casinos como una oportunidad para revitalizar la economía y generar empleo. Por otro lado, hay un fuerte escepticismo sobre las implicaciones sociales que podría tener la legalización de los juegos de azar.
Históricamente, los casinos han sido vistos como un lugar de entretenimiento, pero también como un espacio donde se pueden generar problemas de adicción y otros delitos. La experiencia de otros países que han legalizado los juegos de azar muestra que, si bien puede haber beneficios económicos, también hay riesgos asociados que deben ser cuidadosamente considerados.
El debate sobre la legalización de los casinos en Ecuador no es solo una cuestión económica, sino que también involucra aspectos éticos y sociales. La propuesta de Noboa de destinar un porcentaje de los ingresos a programas de lucha contra la desnutrición y la mejora de la alimentación escolar es un intento de abordar las preocupaciones sociales, pero muchos se preguntan si esto es suficiente para justificar la legalización de los casinos.
En resumen, la propuesta de consulta popular sobre la autorización de casinos en Ecuador ha reavivado un debate que ha estado latente durante más de una década. A medida que se acerca la fecha de la consulta, será crucial observar cómo se desarrollan las discusiones en la sociedad y qué decisiones tomarán los ciudadanos en las urnas. La historia de los casinos en Ecuador es un reflejo de las tensiones entre el desarrollo económico y las preocupaciones sociales, un dilema que seguirá siendo relevante en el futuro cercano.